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Julio Gracia: "Aragón es tierra de muchas iniciativas culturales vinculadas a las viñetas"

El historiador del arte publica 'Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005)' en Eolas ediciones

Julio Gracia publica 'Las revistas como escuela de vida'.
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El Armadillo Ilustrado.

El zaragozano Julio Andrés Gracia Lana (Zaragoza, 1989), doctor en Historia del Arte, publica un estudio monumental de ‘Las revistas como escuela de vida. Diálogos sobre el cómic adulto (1985-2005)’ (Eolas: Colección Grafikalismos),

¿Qué se propuso hacer con ‘Las revistas como escuela de vida’, tal vez una crónica de los cómics de los 80 al siglo XXI?

En gran medida. El libro tiene su origen en las entrevistas que realicé para mi tesis doctoral, que defendí hace menos de un año en la Universidad de Zaragoza. Llevaba por título ‘Intermedialidad en el cómic adulto en España (1985-2005). De la historieta a la pintura, el audiovisual y la ilustración’. Intenté documentar especialmente la progresiva desaparición del formato que había dado sentido a los ochenta: la revista. Fue una época en la que múltiples cabeceras convivieron en los quioscos: ‘Zona 84’, ‘El Víbora’, ‘Cairo’, ‘Cimoc’, ‘Makoki’, publicación que fue dirigida por Alberto Calvo, ‘Supermaño’. Se vendían miles de ejemplares de algunas de ellas y marcaron una época.

Emprendamos el viaje en el tiempo inicial. ¿Qué tuvo de especial esa época?

Fue, hasta el momento, la última etapa en que el cómic pensado para la venta en quiosco tuvo especial éxito. Las viñetas se convirtieron además en un medio privilegiado para la plasmación de temáticas adultas, para retratar ambientes callejeros y marginales o para potenciar la experimentación gráfica. Muchos autores pudieron vivir de su trabajo para estas revistas y, mes a mes, publicaban sus historias tratando de superarse a sí mismos. Como destaca Max, las revistas fueron un medio de vida y una verdadera escuela profesional para los creadores.

¿Por qué se consumían tantos tebeos? Da la sensación de que el tebeo pasa por momentos de esplendor, decae, y renace...

Efectivamente. Da la sensación de que la industria del tebeo en España gravita en torno a ‘booms’ continuos que terminan desinflándose. El conocido como ‘boom’ del cómic adulto de los 80 estuvo muy ligado a la propia efervescencia de publicaciones en papel que se produjo durante el Tardofranquismo y la Transición. La prensa satírica, con revistas como ‘El Papus’ o ‘Hermano Lobo’, constituye un buen ejemplo. Era un medio barato y que permitía una infinidad de posibilidades expresivas. En una viñeta se podía condensar más crítica, mordacidad o dulzura que en varias columnas de texto. España tenía hambre de papel y de dibujo.

¿Cuáles serían los cómics fundamentales, los que marcaron una época? 

Siempre es muy difícil seleccionar. Destacaría quizás ‘Anarcoma’, de Nazario. Gozó de mucho éxito en ‘El Víbora’. Como el autor ha destacado en varias ocasiones, el personaje era una mezcla, un híbrido, entre Lauren Bacall y Humphrey Bogart. Una detective transexual que caminaba por los más bajos fondos de Barcelona. También ‘Trazo de tiza’, realizada por Miguelanxo Prado. Un prodigio de finura en la elaboración del guión, que condensa una grandísima cantidad de referencias literarias y metalingüísticas. El cómic de los 80 es una fuente inagotable de creatividad e imaginación, y quedan muchas cosas por descubrir entre las páginas de ‘El Víbora’, ‘Cimoc’ o ‘Madriz’.

¿Qué nombres le han conmovido o le han interesado mucho?

La fuerza de autoras como Laura o Marika Vila me parece especialmente interesante. Se enfrentaron a un contexto complejo, eminentemente masculino, y tuvieron que dar lo mejor de sí mismas para que sus obras obtuvieran reconocimiento. También es muy reseñable la labor de editores como Camaleón, Max y Pere Joan (estos últimos a través de la revista de vanguardia ‘Nosotros Somos Los Muertos’). Cuando los magacines cayeron, ellos abrieron nuevas vías de trabajo y difusión para la producción de numerosos autores.

Muchos dibujantes siguen en activo...

Sí, la mayoría siguen en activo, por citar unos pocos: Max publicó recientemente ‘Rey Carbón’, una obra delicada e inteligente, con mucho éxito de crítica; Laura se ha acercado a la obra de varios poetas con libros como ‘El caso Maiakovski’ o ‘Yo, Rilke’. Son propuestas que abren nuevos caminos para explorar el vínculo entre poesía y viñetas. Por último, Montesol ha publicado para el Museo del Prado ‘Idilio’, una novela gráfica muy cuidada inspirada en Fortuny.

Julio Gracia publica 'Las revistas como escuela de vida'.
Calpurnio Pisón creó en 1983 en 'El Japo' a su personaje más conocido: Cuttlas.]
Juan Carlos Arcos/Heraldo.

¿Qué papel jugaron los libreros?

Es el eslabón de la cadena comercial que no suele tenerse muy en cuenta. De los 80 en adelante, los libreros cobraron importancia las librerías especializadas en cómic. Este contexto no podría entenderse sin Taj Mahal en Zaragoza, Madrid Cómics en la capital, Futurama en Valencia o Continuarà en Barcelona. Luego aparecieron otras, sobre todo en Zaragoza

Había revistas de todas las disciplinas, algunas muy transgresoras. ¿En qué medida el cómic iba a contracorriente y era una forma de crítica y rebeldía?

El cómic tenía (y tiene) una gran capacidad para poner en cuestión el ‘statu quo’. Sus páginas se adelantaron en muchos planteamientos a los de otras manifestaciones. Por citar un ejemplo, el número especial de ‘El Víbora’ dedicado al golpe de estado del 23-F fue una de las reacciones más rápidas y valientes que se produjeron contra el intento fallido de control militar del país.

"El número especial de ‘El Víbora’ dedicado al golpe de estado del 23-F fue una de las reacciones más rápidas y valientes que se produjeron contra el intento fallido de control militar del país"

Sorprende el éxito que tenían los tebeos eróticos...

Inmenso. ‘El Víbora’ incluyó en los 90 una mayor carga erótica y su editorial, la Cúpula, apostó por una revista con material puramente pornográfico: ‘Kiss Comix’. Allí trabajaron muchos artistas internacionales. Comenzaron además a producir portadas y páginas autores de la talla de Paco Roca, que más adelante se hizo conocido por novelas gráficas como ‘Arrugas’ o ‘Los surcos del azar’. Frente a los arquetipos dominantes, muchas autoras trataban de desmaterializar la idea de un cuerpo femenino en el que primaba la mirada masculina. Laura o Marika construyeron un erotismo distinto, innovando con nuevas historias y estilos. No se puede entender el trabajo de las dibujantes actuales sin la huella de las historietistas de los 80. Tampoco puede comprenderse sin pioneras anteriores al ‘boom’, como Núria Pompeia.

Fue de estudio en estudio ¿Cómo trabajan los dibujantes, los guionistas?

 Rodeados (no podía ser de otra forma) de muchos libros. Y no todos con viñetas en su interior: diseño gráfico, pintura, fotografía o ilustración son algunos de los campos de la historia del arte que pueden localizarse en sus bibliotecas. El cómic absorbe elementos procedentes de muchos ámbitos y los reúne sin que el lector pueda, muchas veces, darse cuenta. Las interinfluencias que incluyen en sus obras autores como Josep Maria Beà son amplísimas.  

Las autoras y autores son muy conscientes además de la importancia de su oficio. Miguelanxo Prado habla en la entrevista de la “responsabilidad” que tenía como creador en un medio masivo como la historieta, con muchísimos lectores.

¿Por qué un negocio tan próspero se vino abajo?

Utilizo a veces la expresión “tormenta perfecta” para referirme a lo que ocurrió con las revistas. Se dieron una serie de circunstancias que propiciaron su caída. El aumento de los precios del papel (siempre fluctuante) convivió con cuestiones que pueden parecer anecdóticas, pero que resultan trascendentales. La aplicación del IVA en 1986, que incrementó repentinamente el precio de todas las cabeceras, hizo seguramente que muchos lectores se perdieran. A ello se sumó la compartimentación de la tarta del ocio: en los ochenta la oferta de canales de televisión y de horas de emisión aumentó de forma exponencial. Cobró protagonismo un medio nuevo: el videojuego. Tanto a través de las máquinas recreativas como mediante las primeras videoconsolas domésticas.

Las revistas eran más caras, había otros entretenimientos y, además… ¿por qué comprar un magacín que contiene a diez autores distintos, si el lector tenía muy claros a sus preferidos? Muchos compradores sabían que, a los pocos meses de sacar cada número, las editoriales recopilaban en un álbum una buena parte de las historias de los magacines. Precisamente, fue el formato libro el que terminó sustituyendo a la revista como centro de todo el sistema editorial del cómic. Las novelas gráficas actuales son hijas de la progresiva desaparición de las revistas de los años ochenta.

Julio Gracia publica 'Las revistas como escuela de vida'.
Luis Royo, uno de los pioneros del cómic en Aragón en los años 80. Ahora es conocido en todo el mundo.
Raquel Labodía.

El cómic aragonés irrumpió con gran fuerza: Antonio Altarriba, Luis Royo, Calpurnio...

Muchos autores aragoneses en los años 80 trabajaron para las revistas del ‘boom’. Algunos colaboraron juntos, como el guionista Antonio Altarriba y los dibujantes Luis Royo o Strader. En Zaragoza, los tres formaron parte del colectivo Bustrófedon. Hay más nombres, claro: Calpurnio, Ricardo Joven, Alberto Calvo, etc. El grupo organizó las ‘Jornadas Culturales del Cómic’, que se caracterizaron por entender la historieta como objeto de estudio histórico, social y artístico. Se plantearon como un evento, básicamente, cultural. Los autores desarrollaron charlas, exposiciones o proyecciones, gozando de mucho éxito. Como continuación de la primera edición de las ‘Jornadas’, se organizaron en 1983 los ‘Comictarios de última hora’, donde se presentó la revista ‘Neuróptica. Estudios sobre el cómic’.

"El activo mundo del cómic aragonés del que disfrutamos en la actualidad, tiene antecedentes muy sólidos en los primeros decenios de la democracia, en el período que estudio"

La acaban de recuperar en la universidad.

Sí. Contó con cinco números y mantuvo un enfoque serio y riguroso en lo que respecta a su aproximación al medio. Colaboraron importantes firmas nacionales e internacionales. Continuando su esencia, la acabamos de recuperar con un primer número que sirve de homenaje a la ‘Neuróptica’ original y a los años 80: https://papiro.unizar.es/ojs/index.php/neuroptica.

¿Cuál es la importancia de Aragón en el universo del cómic el contexto nacional?

Aragón fue, y es, tierra de numerosas iniciativas culturales vinculadas a las viñetas durante la Transición y las décadas siguientes. Una de las más destacadas fue la revista ‘El pollo urbano’ (que continúa activa de manera digital). El activo mundo del cómic aragonés del que disfrutamos en la actualidad, tiene antecedentes muy sólidos en los primeros decenios de la democracia, en el período que estudio.

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