MÚSICA

Las bandas aragonesas, frenadas por el coronavirus

Ven quebradas sus ilusiones y su principal vía de financiación: los conciertos. Aprovechan el confinamiento para componer nuevas canciones.

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Cuti Vericad toca la guitarra en casa junto a su hijo Theo.
Carolina Negrao

La crisis del coronavirus ha frenado en seco la actividad que otorga la gran mayoría de satisfacciones y de ingresos a los grupos: las actuaciones en directo. Las programaciones de salas y festivales se han quedado en un inquietante ‘stand by’ en el mejor de los casos y en cancelaciones en otros muchos. A cada banda y a cada músico les afecta en momentos diferentes, pero para todos ellos el golpe es importante.

Cuti Vericad lanzó en enero un nuevo disco en solitario, ‘El retorno del samurai’. Lo presentó con un lleno absoluto en Las Armas de Zaragoza. Una alegría que ahora se ha tornado en decepción e incertidumbre. «Estaba muy contento por cómo estaban yendo las cosas con el disco. He tenido que cancelar todas las fechas y lo mismo ha ocurrido con las que tenía contratadas en marzo con Los Rebeldes. El panorama económico que queda es desolador. El roto es considerable», sintetiza.

El rockero jacetano no atisba brotes verdes a medio plazo. «Doy el año por perdido. Hay que volver a crear agendas. Ahora mismo ni promotores ni organizadores se atreven a mover ficha. Y no hay que olvidar que en la música llueve sobre mojado», lamenta.

La banda zaragozana White Coven ha sufrido también un duro golpe en la línea de flotación de la ilusión. Estaban en la antesala de su primera gira nacional para presentar el álbum ‘Overseas’, que iba a celebrarse en abril y mayo. Una experiencia que deberán posponer. «Íbamos a tocar en Madrid, Valencia, Barcelona, Tarragona, Murcia, Logroño... Estábamos muy contentos e ilusionados. Hay mucho trabajo detrás de una gira así, pero no nos queda otro remedio que posponerla e intentar reubicar los conciertos cuando sea posible. Además, teníamos previsto grabar nuestro segundo disco a principios de verano y está en el aire», explica Daniel Penón, el batería.

Al rapero Kase.O el coronavirus puede trastocarle la abarrotada agenda para este verano en grandes festivales. «Arrancábamos la gira el 14 de marzo en Tenerife y se canceló por el estado de alarma. Habíamos estado ensayando muy duro en febrero y los últimos días en Madrid. Estamos pendientes del teléfono, recolocando fechas y tratando de salvar los muebles», indican en su agencia de representación.

Un parón

Santi Rex también se ha visto afectado. Su sello, Discos del amor y del odio, acababa de editar ‘La noche no es para todos’, el disco de estreno de Erin Memento, la sobrina de Enrique Bunbury. La puesta de largo prevista para el 20 de marzo en la Sala López fue suspendida. «Se paró todo de golpe. Erin estaba nominada a cuatro categorías de los Premios de la Música Aragonesa, que también se cancelaron. También tuvimos que anular una fiesta de los 90 en la Casa del Loco el 28 de marzo. Es una lástima, pero no nos queda otro remedio que esperar. Todo el mundo está igual», asegura la voz de Niños del Brasil.

Joaquín Pardinilla fue precisamente, con dos estatuillas, uno de los grandes ganadores de la edición de 2019 de los Premios de la Música Aragonesa. El guitarrista de Aínsa, maestro de Formación Profesional en Zuera, trata de manejar la situación con calma. «Estoy muy atareado teletrabajando con mis alumnos, tengo incluso más faena. En lo musical por fortuna teníamos una primavera despejada de recitales. Estoy aprovechando para estudiar, componer y trabajar en canciones que tenía retrasadas. Me puede venir bien para avanzar temas del nuevo disco. Me hallo en una fase de descompresión».

Una tranquilidad que comparten los integrantes de Tachenko, banda de referencia en el indie nacional. «Hemos tenido suerte porque el parón nos ha cogido en una buena época, sin gira ni compromisos. Acabábamos de grabar en el estudio de Edu Baos las maquetas de lo que será nuestro próximo disco. Yestamos aprovechando estos días en casa para ir afinándolo todo. Nos enviamos las letras, intercambiamos las ideas que surgen...», concluye Sergio Vinadé.

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