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El sector cultural pide ayudas para remontar una situación que será "catastrófica"

Las cancelaciones a las que ha obligado el coronavirus ahogarán económicamente a promotores y artistas de la Comunidad.

Un operario retira material de los Premios de la Música Aragonesa que debían celebrarse ayer.
Un operario retira material de los Premios de la Música Aragonesa que debían celebrarse ayer.
Rafael Gobantes

Los efectos de la crisis del coronavirus están hiriendo de muerte al ya de por si endeble sector cultural en la Comunidad. Tanto promotores como artistas han visto paralizada en seco su actividad.

Las artes escénicas están sufriendo un golpe brutal. Algunas salas, como Teatro Arbolé, ya habían realizado ayer una primera evaluación de los daños. «Hemos cerrado hasta nuevo aviso, en principio hasta el 13 de abril. Eso nos supone la cancelación de 33 funciones en nuestra sala zaragozana, a lo que hay que añadir las 12 que iba a dar nuestra compañía fuera –señalaba Esteban Villarrocha, responsable de la sala–. En una primera estimación, nos supone una merma de ingresos de unos 39.000 euros, y la compañía de seguros, al parecer, no los cubre. Esto es un drama para nosotros, puede ser el final del teatro. Nos acogeremos a todas las medidas que podemos para mantener nuestra actividad». Quince personas (tres socios y 12 empleados) dependen actualmente de Arbolé. «Si la crisis no está resuelta después de Semana Santa –añade Villarrocha–, llegará otro montón de suspensiones, y la situación aún será más dramática. Este sector vive muy al día. Y somos muy conscientes de que tenemos que cerrar, por responsabilidad social, pero esto tiene consecuencias».

Desde Huesca, Rubén Moreno tenía también hecha una primera evaluación de pérdidas para el Teatro Olimpia. «Hemos suspendido actividades hasta final de abril y solo en alquiler de la sala tenemos unos 6.000 euros de pérdidas. Hay que tener en cuenta que somos un teatro privado y dependemos exclusivamente de los ingresos que generamos, por lo que la situación es delicada. Este es un sector muy vulnerable, que notamos incluso una merma de ingresos en un día de lluvia. Si el teatro está abierto es por el público, y cuando la situación se normalice nos esforzaremos en diseñar una programación que sea atractiva para el público».

María López Insausti tiene una triple visión del problema, como directora de producción de la compañía Teatro del Temple, gerente del Teatro de Las Esquinas y presidenta de ARES, la Asociación de Artes Escénicas de Aragón.

«Es un golpe tremendo –señalaba ayer–. Como compañía, nos han cancelado todo lo que teníamos previsto hasta finales de abril. Y como teatro... basta decir que hemos suspendido toda la actividad hasta finales de abril y que en la actualidad tenemos 53 nóminas que pagar todos los meses».

El sector de las artes escénicas pide medidas excepcionales. «Desde la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza, FAETEDA, estamos pidiendo la redacción de un decreto de fuerza mayor, que facilite medidas como ERES temporales, entre otras. También hemos pedido que no se toquen los presupuestos culturales, y que se favorezca a las empresas estables, que son las que más apoyo necesitan, antes que a las de nueva creación. Queremos también que se nos visibilice, y que las medidas excepcionales que se establezcan en sectores como el turismo, el transporte o la hostelería, se nos apliquen a nosotros también». Este golpe nos viene cuando todavía no noshabíamos recuperado del todo de los efectos de la última crisis económica».

La música

El varapalo padecido en el mundo de la música es también demoledor. Promotores y salas están viviendo unos días estresantes ante las incertidumbres pasadas y, sobre todo, futuras.

Un buen ejemplo es el Centro Cultural Las Armas de Zaragoza, uno de los grandes escenarios de conciertos de Aragón, en el que recalan tanto destacados nombres nacionales como internacionales. «Hemos suspendido toda actividad por espacio de al menos dos semanas. Hasta el viernes el problema ha sido que no teníamos unas directrices claras por parte de las administraciones. Todo era caos. Hemos ido cancelando actividades de motu propio y de acuerdo con los grupos. Es absolutamente demencial que no hayamos tenido órdenes por parte de nuestros gobernantes de cómo actuar», señaló Sergio Vinadé, uno de los gestores de esta instalación.

El parón forzado por los acontecimientos será un varapalo tanto para Las Armas como para todo el tejido relacionado con la música en vivo. «Las consecuencias serán terribles. Ya de por si, la situación de la cultura es precaria, pero ahora mismo no somos conscientes de lo que puede pasar. Las instituciones públicas no tienen otro remedio que apoyar a la pequeña industria musical. Somos empresas de entre 15 o 20 trabajadores que serán imposibles de mantener en estas circunstancias», remacha Vinadé.

Un discurso similar al de Chema Fernández, el responsable de Antípodas Producciones. «Comenzamos ya hace unos días con las cancelaciones de grupos extranjeros, sobre todo estadounidenses. Han suspendido las giras hasta al menos dentro de dos meses. Pero desde el jueves ya decidimos cerrarlo todo por pura responsabilidad. Esta semana y la próxima mi agencia no organiza conciertos. No se va a hundir el mundo y no podemos incitar a la gente a salir de casa», relató.

El panorama que asoma no es nada halagüeño. «En nuestro sector obviamente no funciona el teletrabajo, no tenemos un plan B. Somos profesionales que estamos todos los días del año dando el callo para mantener activa la vida cultural en Zaragoza y en Aragón. Ejercemos un papel importante en la vida social y le damos color. Esto debería dar que pensar a las instituciones ya que somos un sector muy débil y cualquier cosa nos afecta. Vamos a necesitar ayudas porque no sabemos hasta cuando va a durar la problemática del coronavirus», adujo Chema Fernández.

La literatura

El universo de la literatura está recibiendo sacudidas continuas, como cualquier otro sector. Sin ir más lejos, el día 21 se iba a celebrar un congreso de editores en Muniesa y no podrá ser. «Hemos aplazado la inauguración del Bosque de los Editores hasta nuevo aviso», decía Daniel Viñuales.

Paco Goyanes, de Cálamo, dice que es un mal momento general:«Hay que esperar a que todo pase». Su última presentación fue el martes con ‘Casas y tumbas’ de Bernardo Atxaga. «Hemos tenido que suspender la de Javier Sebastián, la de Íñigo Redondo y aún no sabemos si se presentarán el 23 los diarios de Héctor Abad Faciolince. «No hemos notado el descenso de ventas, pero la gente comenta el coronavirus y habla de sus hijos sin cole», dijo.

Violeta Fernández, de Antígona, recuerda que han suspendido varias presentaciones de esta semana y la próxima, algo que también sucede con la Fnac. «Como, además, ha cerrado la Universidad de Zaragoza, nosotros lo notamos más. La gente sale menos y hasta los repartidores nos han dicho que a lo mejor no sirven desde el lunes. Hay que aguantar. Llevamos guantes y usamos Sanitol», dice. Pablo Tobías iba presentar el martes 17 una novela sobre Matsuo Basho. «Como escritor estoy acostumbrado a trabajar en casa, aunque con los niños 24 horas en casa se hace más complicado. Estaba en campaña de presentaciones y he tenido que posponerlas todas», dice.

David Francisco y Reyes Guillén, de Pregunta, barajaban un extenso menú de actividades. «Nos afecta con las cancelaciones o aplazamientos de presentaciones, ferias y eventos. Se está trastocando todo el calendario y hay mucha incertidumbre. Además, las apuestas y ediciones que salen con una previsión de fechas o de ventas, y ahora, no sabemos cuándo se podrán realizar».

A Miguel Mena la vida cotidiana le ha dado un vuelco. Tanto como conductor del programa de fin de semana ‘A vivir Aragón’ como con la puesta de largo de su nuevo libro, el 25: ‘Canciones tristes que nos alegran la vida’ (Pregunta). «El programa se ha alterado por completo. El sábado lo hacíamos desde Alcañiz, y ya no será así. Como casi todo se está cancelando, tengo que improvisar. La presentación del libro también se ha suspendido. ¿Qué vamos a hacer? Hemos visto como Madrid ha retrasado su Feria del Libro a octubre. Mi suspensión me apena por los libreros y por los editores», señala.

«La decisión de dar a conocer la suspensión de la presentación en el Principal para el miércoles 18 de marzo ha supuesto no poder visibilizar todo el trabajo de promoción previo, preparación, difusión a medios, ensayo con las actrices, y dejarnos con el caramelo en la boca porque nos hacía muchísima ilusión presentar mi libro ‘Las imperfectas’», dice la escritora Margarita Barbáchano.

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