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Alba Lorente explora la creación y la destrucción en el Torreón Fortea

Vestigios entre la bruma. La artista zaragozana presenta la muestra 'Resquicios' hasta el 22 de marzo.

Alba Lorente en el Torreón Fortea.
La artista Alba Lorente (Zaragoza, 1994).
Archivo Alba Lorente.

Si hay una máxima que caracteriza a las nuevas generaciones de artistas es la capacidad de reflexión antes de materializar un proyecto. Estudian, se documentan, lo interiorizan, abordan sus problemas técnicos y después lo muestran. No buscan únicamente el devenir de la historia del arte, sino que indagan en los modernos conceptos de la filosofía que les abren puentes al conocimiento. 

El resultado final no siempre acerca al espectador el mensaje -que desconoce el recorrido-, pero afianza la convicción plástica que quiere seguir el artista. Una línea que en el caso de Alba Lorente (Zaragoza, 1994) demuestra un trayecto que no es sencillo, pero si interesante. Aborda la cuestión de la destrucción del arte como principio reactivo para una nueva formulación. Un planteamiento en el que propone derribar nociones preestablecidas para dar rienda suelta a una poética que ordena de manera nueva los espacios surgida de la quema o la alteración de la materia. Un proceso que para la artista, conlleva su acción contraria, la creación.

Alba Lorente en el Torreón Fortea.
Una de las obras de Alba Lorente.
Gonzalo Bullón.

La exposición reúne unas selección de obras pertenecientes a la serie 'Resquicios' -que da nombre a la exposición-, realizada entre 2018-2019. Una colección de obras que según Alba Lorente forman parte de un proyecto de investigación sobre la estética destructiva que sigue los pasos del artista argentino Kenneth Kemple (Buenos aires, 1923-1998).

Kemple en 1961 reunió a un grupo de artistas, críticos y profesionales del sonido, la música, entre otros, para realizar una investigación colectiva sobre los principios de la destrucción. En su breve texto 'Arte destructivo', describe la secuencia de ideas que surgieron durante este año de discusión. Según Kemple el deseo innato de romper, quemar o destrozar coexiste dialécticamente con placeres intensos de construcción y creación. El 20 de noviembre de ese año, esas ideas se manifestaron en una exposición de diez días en la Galería Lirolay de Buenos Aires. Desde 2017 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, tiene depositadas copias fotográficas de esta muestra en su colección.

Alba Lorente presenta una exposición que denota un estudiado montaje. Sobresalen por sus dimensiones las obras de estética abstracta realizadas en tinta sobre papel que en ocasiones cuelgan o se despliegan por el suelo. Imágenes que establecen conexiones con la teoría sinéctica de William J.J.Gordon que aborda la utilización consciente de ciertos mecanismos psicológicos presentes en la actividad creadora. Unos mecanismos subyacientes, de libre asociación, trasladables a las masas de las composiciones de la artista. 

Alba Lorente en el Torreón Fortea.
Blanco y negro, composición y meditación y juego en la obra de Alba Lorente.
Gonzalo Bullón.

Una estrategia para no caer en la reiteración de lo conocido. Para descubrir la capacidad creativa, cuando lo preestablecido ha sucumbido y resurgen las nuevas composiciones espaciales. Pero el concepto de destrucción como creación es mucho más visual en sus esculturas y piezas sobre cartón. 

El volumen agiliza la comprensión de los estratos (serie) que se producen en el papel sometido al fuego o dan consistencia a los rasguños arañados a la pasta del papel que simbolizan un renacimiento orgánico. Una exposición que habla de un proceso de investigación, de estudio del soporte y de un proceso de 'autoconstrucción'.

LA FICHA 

Pintura y escultura. 'Resquicios'. Alba Lorente. Torreón Fortea. Hasta el 22 de marzo de 2020.

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