Aragón, protagonista en una muestra de la Biblioteca Nacional
'Sueño e ingenio', dedicada a la historia de la ingeniería en España, presta atención a obras como el Canal Imperial o una maqueta decimonónica de un paso sobre el Jalón nunca expuesta hasta ahora
La Biblioteca Nacional ha inaugurado este viernes, en su Sala Hipóstila, la muestra 'Sueño e ingenio. Libros de ingeniería civil, del Renacimiento a las Luces'. Organizada por la Fundación Juanelo Turriano en colaboración con la propia Biblioteca Nacional, recorre las más importantes empresas de ingeniería civil planteadas en España desde el siglo XVI a principios del XIX. La muestra, comisariada por el historiador Daniel Crespo Delgado, reúne más de un centenar de piezas, entre grabados, manuscritos, maquetas, pinturas, esculturas y, sobre todo, libros.
Aragón tiene un gran peso en la muestra, principalmente a través de una de las obras de ingeniería más sobresalientes del siglo XVIII, el Canal Imperial, cuyas obras experimentaron un gran avance entre 1772 y 1793 gracias al zaragozano Ramón de Pignatelli. Esto hizo que en esos años el Canal de Aragón fuera una de las empresas más emblemáticas del país, de la regeneración que se estaba viviendo. La exposición de la Biblioteca Nacional dedica una sección al canal, en la que muestra piezas como un retrato de Pignatelli o un busto del Museo del Prado del conde de Floridablanca, ministro que protegió la infraestructura. También se incluye un largo poema publicado en 1794 que cantó los avances de la obra, así como la 'Descripción del Canal Imperial de Aragón y Real de Tauste' (1796), una de las publicaciones más espléndidas que salieron de las imprentas de la Ilustración española, y que detalló las construcciones realizadas hasta la fecha.
Junto a estas piezas destacadas, 'Sueño e Ingenio' da conocer otras inéditas. El público puede contemplar, por ejemplo, una maqueta decimonónica del paso del río Jalón, una de las construcciones más espectaculares del canal todavía conservadas. Al verla, el ingeniero Agustín de Betancourt proclamó que proporcionaba "una idea sublime" de las capacidades del ser humano. Se ha localizado y se muestra diverso material sobre el canal que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando produjo a finales del siglo XVIII, pero que no llegó a publicarse jamás. Pero una de las piezas más llamativas es un manuscrito de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid que el conde de Sástago envió a Carlos IV en 1794 para informarle del estado de la empresa y que fue la base de la Descripción del Canal Imperial de Aragón y Real de Tauste.
La muestra, que puede visitarse hasta el 26 de abril, pretende, según su comisario, demostrar que "Incluso antes de tener un nombre, la ingeniería civil tuvo un objetivo: transformar el país". Crespo ha partido del poco conocido patrimonio bibliográfico español relacionado con la ingeniería civil para desvelar cómo esa disciplina se fue definiendo entre el siglo XVI y principios del XIX. "Nunca una exposición había logrado reunir tantas y tan importantes piezas sobre las obras públicas de la España moderna. Todas ellas revelan que ya en este periodo se consideraron un elemento decisivo del desarrollo colectivo", subraya el comisario.
Además de las piezas relacionadas con Aragón, el visitante podrá contemplar desde el primer tratado de puentes escrito en español hasta una traducción, desconocida hasta ahora, del clásico sobre hidráulica de Bélidor, pasando por una maqueta del puente de Neuilly que tampoco se había expuesto nunca. Las piezas provienen de la propia Biblioteca, así como de instituciones como la Fundación Juanelo Turriano, Patrimonio Nacional, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Calcografía Nacional, Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, Museo del Ejército, Centro Cultural de los Ejércitos, Museo Naval, Museo Nacional del Prado, la Academia de Ingenieros del Ejército de Hoyo de Manzanares o el Ministerio de Fomento.
