ocio y cultura

La madre optimista que escribe cuentos para sus hijos y aspira a la felicidad 

Anna Morató García, que ha vivido dos años en Zaragoza, ha vendido más de 80.000 de sus libros de Beascoa: historias de hábitos y valores y la autoestima, y consejos contra el acoso escolar

Anna Morató García.
Retrato de la escritora y experta en Administración de Empresas Anna Morató García.
Elisa Cuartielles.

 Anna Morató García (Barcelona, 1974) lleva viviendo dos años y medio en Zaragoza. Su estancia en la ciudad –«que tanto me gusta: Independencia, el Pilar, la calle Alfonso...», dice–, ha coincidido con la publicación de cuatro libros para los más pequeños: ‘De mayor quiero ser feliz’, 1 y 2, ‘Hoy voy a tener un buen día’ y ‘Vamos a llevarnos bien’. Todos los ha publicado entre 2018 y 2019 y ha vendido más de 80.000 ejemplares. Ha sido una de las más vendidos de 2019 de su sector.

«Yo no soy escritora ni quería serlo exactamente. Me dedico a la Administración de Empresas y doy clases. También lo he hecho en Zaragoza. Con la llegada de mis tres hijos, ahora tienen 8, 6 y 5 años, sentí que debía resolver problemas, buscar respuestas, contar historias, y me puse a pensar. No se trataba de crear cosas de la nada. Y así, como quien no quiere la cosa, nacieron mis libros», dice.

Explica Anna Morató que primero publicó, en autoedición ‘De mayor quiero ser feliz’. «A nadie le interesó el proyecto. Un libro que exalta la empatía, la positividad, la autoestima. Cuanto tuvo éxito, recibí la llamada de Random House, a través de su filial Beascoa, y todo ha ido de maravilla». Firmó los dos primeros volúmenes con la ilustradora Eva Rami; el tercero con Ana Anastasio y el último, ‘Vamos a llevarnos bien’, que lleva por subtítulo ‘3 historias para fomentar el compañerismo y disuadir del bullying’, con Marina Pérez.

Anna Morató García.
Los libros de Anna Morató.
Archivo Heraldo.

«Todo es importante. Y los niños deben estar preparados para ello. Para convivir, para acceder a valores y conceptos que van a ser importantes, para enfrentarse al acoso», comenta, y recuerda que siempre han sido muy importantes para ella los dibujos.

«Yo no soy dibujante pero suelo empezar por un dibujo, no muy bueno, quizá sugerente, divertido, esquemático… Hago la figura y la empiezo a rodear de términos, de frases. Como si fuera un árbol. Yo intento transmitir los valores que me transmitieron mis padres. Y no me importa utilizar términos que pueden parecer para adultos. Hablo de seis principios claves: el optimismo, la empatía, el agradecimiento, el esfuerzo o gestión de la frustración, la confianza en nosotros mismos o la autoestima, y enseñar a los niños a conocerse mejor. Al final, a través de las imágenes y los animales, los niños los asumen en distintos grados», explica, y elogia a sus dibujantes. Todas mujeres, como acabamos de ver: las artistas Eva Rami, Ana Anastasio y Marina Pérez.

«Los libros son distintos. En los dos primeros, son seis cuentos por volumen. Pequeñas historias. Sencillas. Directas. Del vivir de cada día. Funcionan muy bien. Con los padres y, sobre todo, con los niños. Me llaman a muchos colegios, y eso es muy estimulante, Se divierten padres y madres y niños», dice Morató. En ‘Hoy voy a tener un buen día’ cambió la fórmula: usa doce frases que «funcionan bien. Insisto en repetirlas muchas veces, y surten efecto. Por ejemplo: “Cuando me caigo, me vuelvo a levantar”. Son frases que funcionan como un mantra, que arropan, que protegen. Yo no busco la sofisticación ni la fantasía. Me gusta contar situaciones cotidianas», agrega.

El arte de la empatía

‘Vamos a llevarnos bien’ aparecía en septiembre de 2019. Y aquí también ha ensanchado sus procedimientos: mezcla tres historias con consejos prácticos para «enfrentarnos al acoso escolar. Es un tema habitual, no siempre se detecta pronto, y yo con mis textos intento trabajar dos aspectos: la empatía y el respeto, y propongo en mis ficciones y consejos hacerlo a través de la toma de conciencia de los niños, que pidan ayuda, y del fomento del compañerismo», dice Anna Morató.

La autora, que se marcha a vivir a Las Palmas con su marido, confiesa que no esperaba el éxito. «La primera sorprendida soy yo. No esperaba nada de esto. Escribí estas historias pensando en los problemas que tenía con mis hijos. He tenido que aprender cosas de psicología, de pedagogía, y también de libros infantiles y juveniles. No soy una especialista, pero me interesa mucho Shel Silverstein (1930-1999), que se convirtió en personaje de sus cuentos para niños. Aprendo mucho de él, también transmitía valores que me interesan», dice.

Antes de despedirse de la capital del Ebro, Anna Morató García elogia Zaragoza. «Llegué aquí por el trabajo de mi marido. Es una ciudad acogedora. De medida humana. He paseado mucho hacia el Pilar, y me gustan espacios de la plaza de los Sitios o la Puerta del Carmen. Y, por supuesto, la propia basílica», concluye.

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