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El Pequepop vale por dos: música y solidaridad

La novena edición de este festival solidario dirigido a los más pequeños ha reunido en Zaragoza a Los Bengala, Llorente y Selene.

El cuarteto oscense Selene, en plena actuación.

La novena edición del Festival Pequepop ha vuelto a cumplir, un año más, su admirable doble cometido: introducir a los más pequeños en las cálidas aguas de la música y darles una lección de solidaridad en forma de juguetes para los niños más desfavorecidos. Dos asignaturas que, a tenor de las sonrisas de los asistentes, se han aprobado con holgura.

La sala Aragón de la sede central de Ibercaja en Zaragoza se ha transformado este mediodía y por espacio de dos horas en un híbrido entre un patio y una sala de conciertos. Las decenas de carritos de bebé que se arremolinaban aparcados en el pasillo de acceso avanzaban el ambiente festivo que aguardaba en el interior.

Padres e hijos acudían a la llamada de una iniciativa que permitía disfrutar de actuaciones de algunos de los grupos más interesantes de la Comunidad al mismo tiempo que se colaboraba con la Fundación La Caridad. Cada niño de hasta 12 años podía canjear el precio de la entrada –10 euros– a cambio de un juguete que será repartido entre los pequeños de las familias más desfavorecidas o en riesgo de exclusión social.

«A algunos les costaba un poquito desprenderse de su juguete por el cariño que le tienen. En esos casos les intentamos convencer explicando que son para una buena causa y, además, les hemos regalado una chapa magnética del Pequepop para que la pongan en la nevera o donde quieran», detallaban Patricia Gómez y Sheila Hernández, voluntarias del festival que se encargaron de recoger todas las donaciones. Sobre las mesas habilitadas lucían pelotas, peluches y juegos que a buen seguro harán felices a sus destinatarios estas fiestas.

Como infalible maestra de ceremonias ejerció Ferroprotina, perteneciente a la compañía Callejeatro. Ella sola se bastó para captar la atención de un auditorio que, pese a su corta edad, cumplió a rajatabla las indicaciones e invitaciones de la presentadora: cantos, globos, pacífica y controlada invasión del escenario...

La música tomó la palabra con Selene, un cuarteto oscense íntegramente femenino que conquistó a los presentes con un violín, dos guitarras, un cajón y sus voces. Incluso contaron con los coros entusiastas de todos los niños que aplaudieron a rabiar todas las canciones.

Idéntica sintonía obtuvo Llorente, la banda zaragozana que ya atesora un elepé -‘Gente corriente’– y un reciente epé –‘La mujer de Lot’–. En el camerino ya se les adivinaba cómodos ante ese ‘bolo’ tan especial. «Nos parece genial que se hagan este tipo de festivales y estamos encantados de participar. El público infantil es muy exigente porque se ve en seguida si les gusta o no lo que tocas, jamás mienten ni disimulan», indicó Óscar Llorente, compositor y cantante. Le acompañaban Elvira López (teclado), Yerai Rubio (guitarra), Jaime Lapeña (violín), Alberto Solobera (bajo) y el batería Juan Millán, que sustituyó al titular, Carlos Gracia. Interpretaron ‘De lluvia los zapatos’, ‘Desde el 20 de abril’, ‘Aquí’ y ‘Para no volverte a ver’. Un póquer de ases coreados y bailados por la menuda concurrencia.

Los Bengala, con su energía desbordante, abrocharon el festival con su implacable garage-rock. Guillermo Sinnerman, con su guitarra, y Borja Téllez, a los mandos de la batería, son una apisonadora perfectamente engrasada que desparramó la diversión por toda la estancia. Por la noche tenían un concierto en Vitoria, pero ello no fue óbice para que conquistaran las jóvenes almas. 

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