'Moroloco', de Luis Esteban: Ficción que rebosa realidad 

Si en su anterior novela, ‘El río guardó silencio’, este policía nacional zaragozano ya dejó huella con la investigación de un asesinato homófobo en Zaragoza, ahora despliega su extraordinario conocimiento del narcotráfico en el Estrecho. 

'Moroloco', de Luis Esteban
'Moroloco', de Luis Esteban
Heraldo.es

Luis Esteban (Zaragoza, 1972) aclara que todos los hechos que narra en ‘Moroloco’ (Suma de letras. Madrid, 2019. 512 pp.) son fruto de su imaginación. Pero quien lea esta novela policíaca observará que su ficción rebosa realidad. Ávido lector desde niño, licenciado en Derecho y comisario de la Policía Nacional en ejercicio, todos estos factores se traslucen en su cuarta novela. Su profundo conocimiento sobre lo que se cuece en el Campo de Gibraltar, donde estuvo destinado como comisario en Algeciras hasta finales de 2018, queda patente al dibujar una trama de máxima actualidad que refleja los entresijos del narcotráfico, la corrupción, el espionaje y, sobre todo, del poder.

En su anterior novela, ‘El río guardó silencio’, Esteban ya dejó huella con la investigación de un asesinato homófobo en Zaragoza y el insospechado descubrimiento al que llega su protagonista, el inspector Roy. Ahí se pudo comprobar su capacidad para trasladar a la escritura su devoción por el buen uso de la palabra, algo que ya había puesto de manifiesto públicamente años atrás al ganar el abultado bote del concurso televisivo ‘Pasapalabra’.

Su último libro es más ambicioso y complejo. A lo largo de 500 páginas, ‘Moroloco’ ofrece todo un máster sobre cómo funciona la delincuencia en el Estrecho, con su correspondiente jerga: la 'goma' (lancha de potente motor utilizadas en el tráfico del hachís); el 'pollo' (un kilo de cocaína), 'el niño' (fardo de 30 kilos de hachís o una placa de un kilo si se refiere a cocaína), y un sinfín de términos más.

Esta novela permite ponerse en la piel de cada uno de sus personajes, con sus vidas, sus debilidades, sus enfermedades, lo que les mueve y les conmueve: desde el protagonista que con su apodo da título al libro, el joven narco del hachís Rachid Absalam, hasta el comisario Zabalza, pasando por las esposas de ambos, Halima y Pilar, el periodista Agoney, la madre coraje Agustina Teruel o los aspirantes a dar el salto a la política utilizando sin escrúpulos todo lo que esté a su mano.

Esteban ha conseguido crear una novela de numerosas aristas, marcada tanto por la acción como por la reflexión, sin dejar de lado la intriga. Entre líneas se pueden encontrar escenas que recuerdan ‘El poder del perro’ de Don Winslow por su crudeza, y también elementos propios de ‘Fariña’, de Nacho Carretero, por la real descripción del mundo del narcotráfico y sus largos tentáculos. También es un tributo a los agentes de a pie que exponen su pellejo para que el principio de legalidad prevalezca.

‘Moroloco’ es un aldabonazo a la sociedad que deja en el aire numerosas preguntas para la reflexión: ¿se infravaloran las consecuencias del consumo de hachís entre los jóvenes? ¿se protege lo suficiente a quienes se juegan la vida para proteger a la sociedad de la barbarie? ¿Qué esperanza queda entre tanta corruptela?     

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