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Ildefonso Falcones: "A una novela le pido pasión"

El autor de 'La Catedral del mar' presenta su nueva novela en Zaragoza: 'El pintor de almas' (Grijalbo), que transcurre en la Barcelona que despierta al Modernismo y que vive las convulsiones anarquistas de La Semana Trágica

Ildefonso Falcones.
Ildefonso Falcones, durante su estancia en el Gran Hotel en Zaragoza.
Guillermo Mestre.

“Ningún de los presupuestos que se están manejando ahora justifican la independencia de Cataluña, pero ‘El pintor de almas’, que transcurre a principios del XX, y desemboca en la llamada La Semana Trágica, no tiene nada que ver con lo está pasando ahora, ni en lo político, entonces no existía conciencia de la independencia ni mucho menos, ni en la violencia en las calles. Ni he tenido las convulsiones que vivimos en la cabeza”, dice Ildefonso Falcones, el autor de ‘La Catedral del mar’ y ‘Los herederos de la tierra’, que presenta su nueva novela, ‘El pintor de almas’ (Grijalbo) y confiesa que ha documentado mucho este mosaico de personajes, de tensión y de revoluciones. Y, por supuesto, de grandes escenarios.

“Por supuesto. He trabajado mucho la ambientación y Horas y horas a lo largo de tres años. A una novela le pido pasión. Quiero hacer una novela apasionada; en los conflictos, en el amor, en la mirada social, en la evolución de los personajes. Tengo claro una cosa: si a veces me descubro florido, si sucumbo a los adjetivos, me alejo de inmediato. Quiero llegar al lector y mi afán es que siga a los personajes y que quiera saber siempre qué ocurre siete o catorce páginas más adelante. Que no se aburra, que se entretenga”, dice Ildefonso Falcones, que parece el hombre tranquilo.

Para él “la escritura es un trabajo, y es o puede ser un rollo. Algo mecánico que exige ideas, personajes, acciones, y que exige corregir, depurar, repasos, desvelos. Cuando al final ves la página empiezas a disfrutar. Y ahí nuestra imaginación vuela. Es el período de felicidad. Tampoco quiero decir que la redacción sea un tiempo de desdicha. En absoluto: es de búsqueda, de creación, sí, eso, de trabajo”, matiza.

‘El pintor de almas’ es una narración que avanza entre dos revoluciones. “Desde luego: la revolución del Modernismo, esa fantasía artística en la que se encuentran grandes arquitectos, con Gaudí al frente, pero no solo él, y también pintores que serán muy importantes como Ramón Casas, Santiago Rusiñol o un joven Picasso, que no sería muy entendido al principio”, explica, y agrega que la otra revolución está en la calle y deriva de las clases obreras, vinculadas con el anarquismo, que adquieren conciencia de su situación, y se rebelan. 

“Es curioso. En ese momento fueron muchas mujeres, instruidas, curiosas, que creían en su libertad, las que abanderaron como un feminismo incipiente, de lucha, de resistencia, de reivindicación, y eso está en la novela. No ha sido forzado. Era así y me salió con naturalidad”, dice. Reflexiona y piensa en sus mujeres: en la costurera y madre Josefina; en su hija Montse, una auténtica rebelde que irá a la cárcel; en Dora, la amiga de la protagonista Emma y algunas otras. Y además en Barcelona, en aquel momento, había 10.000 niños en la calles, en condiciones de miseria absoluta, con proliferación de muchas enfermedades.

Ildefonso Falcones insiste: “Yo quería hacer una novela de época, en un gran escenario, y con dos coprotagonistas: Dalmau Sala, el pintor de almas, y su novia Emma, que es su amor, su musa, su mayor estímulo. Los dos son los papeles principales. Y de hecho alterno un capítulo de uno y un capítulo de otro”. En la novela pasan muchas cosas. Podríamos decir que es una novela del arte, una novela de iniciación, una novela histórica, una novela de amor, una novela de acontecimientos y de cambios sociales, vinculados a la política y a la sociedad.

Por distintas razones, Dalmau y Emma acabarán separándose y eso también es clave en la novela. Dalmau es ceramista y dibujante y pintor; la cerámica le permite acceder a ese rico patrimonio artístico del Modernismo, y acabará teniendo un gran éxito como artista. Y Emma acabará vinculándose a los anarquistas, a los ateneos, y viviendo algunas aventuras, como la que tiene con el albañil Antonio, explícitamente sexual. “Es una reivindicación del derecho al placer, del descubrimiento, y reconozco que me costó mucho escribir la escena porque no quería que el lector pensase que Emma es frívola, una mujer fácil, etc., sino más bien una persona que se busca a sí misma, que crece con ternura a través de esa pasión”.

Ildefonso Falcones.
El autor de 'La Catedral del mar' y de 'El pintor de almas'.
Guillermo Mestre.

En ‘El pintor de almas’ se dirimen un puñado de cuestiones. El autor observa: “La burguesía catalana tiene fama de ser discreta con sus riquezas, que huye de la ostentación, pero en aquella época no. Era todo lo contrario. Y yo creo que a partir de este período de La Semana Trágica experimentó ese cambio. Aquí se evidenciaron las injusticias, las desigualdades sociales, los abismos terribles que existían, y la burguesía aprendió la lección”, concluye Ildefonso Falcones.

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