José Verón Gormaz publica ‘Satirologio’ y dice adiós a los epigramas

José Verón Gormaz cierra en ‘Satirologio’ su ciclo de epigramas, esas composiciones poéticas breves sobre un tema concreto impregnadas de sátira, que empezó en los años 90. En este nuevo paso en su obra, el bilbilitano recoge 68 textos que analizan desde el mundo de la política actual, algunas imposturas sociales, la influencia de la tecnología o la crisis de los refugiados, que se agudizó en 2015 y que tres años después escapa de las portadas. Son 101 páginas en total, bajo el sello de Pregunta Ediciones, entre las que se cuenta el prólogo de Manuel Martínez-Forega.

«Desde el 98, con ‘Epigramas del último naufragio’, al que siguieron otros tres libros y con este que es el cuarto, y creo que último, pretendía hacer un homenaje a Marco Valerio Marcial, que es el mejor epigramista que ha existido», reconoce Verón. Al mismo tiempo, indica que «están dedicados a nuestro mundo, en el siglo XX y siglo XXI, pero siempre con Marcial presente». Del ilustre bilbilitano, que consiguió ser referencia en la Antigua Roma, Verón incide en que «tenía un estilo de extensión muy corta, muy medido y con un final que llamaba ‘aculeus’, aguijón que diríamos ahora: un final ácido y fuerte».

Entre los textos, Verón apunta a dos especialmente, ‘Refugiados’, que describe la imagen del pequeño sirio Aylan ahogado en las playas de Turquía, y ‘Mitín electoral’, que poca explicación necesita tras un sinfín de campañas en los últimos años. «Hay un epigrama que habla de un político que vive de sus gestos y de que esos gestos nos cuestan muy caros», subraya. Entre la época de Marcial y la actual han pasado siglos, pero Verón encuentra similitudes: «El lenguaje es otro, las circunstancias son otras, pero los vicios humanos son muy parecidos». «Hay un fondo que es el mismo, los vicios, la maldad, la ambición, el egocentrismo. Entonces había esclavos que se compraban y vendían, hoy sigue habiéndolos de otras formas», defiende.

Verón presentó ‘Satirologio’ hace unos días en la biblioteca municipal Baltasar Gracián de Calatayud. En el acto fue objeto de un homenaje sorpresa, con las voces de Yolanda Larpa, que cantó algunas jotas, y Aurora Lassa, que recitó algunos de sus poemas.