ocio y cultura

Florencia del Campo abre las heridas y la sombra del incesto en ‘La versión extranjera’

La escritora argentina, afincada en Madrid, publica la novela con la que ganó el premio de narrativa ‘Ciudad de Barbastro’

Florencia del Campo.
La escritora Florencia del Campo, el pasado sábado en la librería Cálamo.
A. Castro

Florencia del Campo (Buenos Aires, 1982) ganaba hace unos meses el premio de novela ‘Ciudad de Barbastro’, en 50ª edición, con su novela ‘La versión extranjera’, que presentó el pasado fin de semana en Barbastro y en la librería Cálamo, de Zaragoza. Editora, autora de libros infantiles y novelista de títulos como ‘Madre mía’ (Caballo de Troya), se siente muy feliz “por haber logrado un galardón tan importante y tan consolidado en España y ver el libro publicado en una editorial tan bella y cuidada como Pre-Textos. Me han tratado de maravilla en Barbastro, con la coordinadora de los premios al frente, María Ángeles Naval, y estoy muy feliz”, dice la escritora, que vive en las afueras de Madrid. El viernes, también se entregaba el premio de poesía ‘Hermanos Argensola’ al poemario ‘Una buena hora’ de Alejandro Simón.

Su novela narra el encuentro, en un lugar de Estados Unidos, en Pacific Grove, de una mujer, que vive en Madrid, y de su hermano, casado con una norteamericana, y de la madre de ambos. “La novela consta de dos historias: una más interior, suspensa en los recuerdos, en la memoria y en los secretos, y otra más exterior”. En esta segunda, los personajes, todos, y todos innominados, salvo la suegra del hermano y su cuñado, Margaret y Cassey, salen de paseo por el bosque, por los bares, comen, recuerdan, desgranan equívocos y tensiones. “Es verdad. Mis personajes comen mucho. Y a la vez hay otra historia interior donde se cuentan sombras. Más que contar se sugieren cosas, se dan apuntes, notas del pasado en un intento de recomponer una historia huidiza”, dice.

En el fondo, la narradora Florencia del Campo asegura que no sabe mucho más de sus criaturas que lo que se cuenta. A lo largo de la novela se percibe un enigma: ¿qué pasó entre los hermanos, fue él un acosador, abusó de ella, hubo incesto? ¿Es la visita un ajuste de cuentas, el intento de hallar el “alivio final”, será el intento de vivir una turbadora historia de amor?

Florencia del Campo.
María Ángeles Naval, coordinadora de los premios de Barbastro, y Florencia del Campo.
A. Castro.

“Yo tampoco lo sé. No sé si el hermano la acosó, la violó, no sé si ella lo incitaba. Tampoco sé bien lo que pasó. No sé si la madre la culpa a ella y lo exculpa él. Pero la novela trata de eso: de lo difícil que es conocer la verdad de las cosas y trata de las heridas que nos dañan y que reaparecen con el paso del tiempo. El libro también reflexiona sobre otro tema que me preocupa: la condición de extranjera, en la vida, en el paisaje, en la familia y en la propia lengua”, asegura, y dice que “el mundo familiar es el núcleo de la vida y a mí las relaciones familiares siempre me han interesado mucho. Me siento cómoda en ese laberinto de incertidumbre, de miedo y de sorpresas”.

Revela que así como ‘Madre mía’ era una autoficción sobre el dolor y la enfermedad de su madre, sobre la maternidad y los vínculos materno-filiales, aquí ha huido de eso, pero “sí hay elementos autobiográficos, ecos, rastros, transformados. Eso sí, yo no tengo hermano y no he sufrido daños o amenazas de ese tipo”. Reconoce el influjo de Silvina Ocampo, “por esos cuentos llenos de inquietud”, la gran cuentista que compartió la vida con Adolfo Bioy Casares, y confesó que está muy interesada en la obra de contemporáneas suyas como Samanta Schewblin o Mariana Enríquez, y en la poesía de la española Lara Moreno.

En su relatos hay como dos novelas en una: la novela digamos convencional, el punto final de llegada, y una segunda, que es como el boceto, los dudas, las zozobras, el flujo de conciencia que le exige conciencia de estilo y que es como una escritura como en bruto. “Para mí es importante lo que se dice, lo que le pasa a los personajes, pero también cómo se cuenta, el estilo, el fraseo verbal, la búsqueda de un ambiente que nace del lenguaje y de una forma de mirar”, concluyó la vencedora del premio de novela en Barbastro

El premio de novela ‘Ciudad de Barbastro’ está dotado con 15.000 euros.

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