MÚSICA

Piotr Beczala: "No comencé a interesarme y a estudiar música hasta los 19 años"

El tenor Piotr Beczala protagonizará este martes uno de los conciertos del año en la Sala Mozart del Auditorio. El polaco se ha erigido en una de las figuras más reputadas en el escalafón operístico mundial.

El tenor polaco Piotr Bezcala.
El tenor polaco Piotr Beczala.
Jean-Baptiste Millot

La Sala Mozart del Auditorio recibirá este martes, a partir de las 20.00, a Piotr Beczala (Polonia, 1966), uno de los tenores líricos más prestigiosos y populares de la actualidad. Intérprete habitual en los escenarios más emblemáticos del planeta, el polaco se estrenará en Zaragoza para abordar, junto a la pianista francesa Sarah Tysman un variado programa.

España se ha convertido en una escala habitual en sus giras. ¿Le gusta el país?

Sí, me encanta. De hecho, en esta pequeña gira por España me estoy moviendo en coche porque quiero aprovechar la oportunidad de ver este maravilloso país de otra forma, con más cercanía.

No es usted el típico artista que va del aeropuerto al hotel y al auditorio, y vuelve a casa al acabar.

Siempre que mi agenda me lo permite, me gusta disfrutar de la ciudad donde canto. Y mucho más como sucede en esta gira, que estoy actuando por primera vez en ciudades en las que no había estado nunca: La Coruña, Sevilla, Zaragoza y Gerona. De hecho, en Zaragoza voy a estar tres días porque intuyo que debe ser una zona muy interesante. El siguiente concierto no está lejos (es en Gerona) y quiero aprovechar.

¿Cómo es la vida de una persona que está continuamente viajando, un día en Nueva York, otro en Japón y el siguiente en Austria?

Tiene que gustarte mucho, como es mi caso. Viajar es una parte muy importante y fundamental de mi trabajo. Y yo, sinceramente, lo disfruto mucho.

¿En su infancia en Polonia soñaba con ser un tenor?

¡Qué va! Todo lo contrario, me interesaban cosas muy diferentes a la música. Mi vocación fue un poco tardía, a los 19 años. Fue entonces cuando comencé a estudiar música.

El suyo es un caso muy poco habitual por esa tardanza.

Es cierto. Mi camino hasta convertirme en cantante se salió bastante del guión habitual. He ido paso a paso, progresando, sin ponerme grandes objetivos, y así he llegado hasta donde he llegado. Comencé con pequeños recitales, luego fui firmando contratos en los que iba mejorando… hasta ser un cantante profesional. Ha sido cuestión de trabajo y de no perder jamás las ganas de mejorar y aprender.

No debe ser fácil alcanzar su estatus viniendo de un pequeño pueblo al sur de Polonia, en lugar de haberse criado en Milán o Viena.

Si echo la vista atrás, mi evolución ha sido maravillosa. Pero trato de no darle muchas vueltas. Nada me ha venido regalado. Cuando debuté en el Met (Metropolitan Opera) de Nueva York o en la Scala de Milán en 2006, llevaba 15 años luchando en los escenarios, comenzando en pequeños teatros y óperas. En mis inicios, no gastaba las energías en pensar en objetivos, sino que prefería centrarme en hacer mi cometido sobre el escenario lo mejor posible. Ahora las cosas han cambiado ya que trabajo a cuatro o cinco años vista. En estos momentos ya estoy planificando lo que haré en 2024 o 2025.

¿Cómo se siente ahora que es un tenor aclamado y querido por la gente?

Soy muy feliz. El público me valora y me muestra su admiración y cariño. Los medios de comunicación también me tratan muy bien. Pero esa atención también tiene su lado negativo. Cualquier cosa que hago puede ser grabada y al día siguiente puede aparecer en Youtube, por ejemplo. La exigencia es máxima. Lo tengo que aceptar, pero reconozco que es tal vez el aspecto menos fácil de llevar.

En Zaragoza va a acometer un programa muy variado. ¿Qué puede adelantar?

En la Sala Mozart voy a interpretar un programa muy poco habitual. Me hace ilusión presentarle a la gente canciones de Karlowicz que son bastante raras. No faltan compositores más populares, como Tosti o Verdi. Pero siempre me gusta introducir canciones o arias polacas o eslavas. Como polaco que soy, para mí es muy especial e importante poder mostrar ese patrimonio musical al público. Creo que he elegido un repertorio muy bonito. Tampoco faltan las canciones napolitanas.

Le acompañará al piano la francesa Sarah Tysman.

Nos conocimos hace unos dos años porque ella también había estado mucho tiempo en Zúrich como yo. Ahora es profesora en Berlín y también toca en la Ópera Estatal de Viena. No hemos actuado muchas veces juntos, pero a los dos nos une la pasión por hacer conciertos. Tenemos una conexión artística muy interesante y será un placer compartir con ella el escenario del Auditorio de Zaragoza. 

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