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El documental sobre Labordeta rescata sus diarios inéditos de 1964 a 1978

Gaizka Urresti y Paula Labordeta rodaron ayer en la Magdalena y en el café Levante con amigos del cantautor

El Café Levante ha sido el escenario escogido para rodar la parte del documental en la que se habla de las tertulias del Café Niké, que tanto marcaron a José Antonio Labordeta y su obra

«Mi película favorita sobre un poeta es ‘El desencanto’, de Jaime Chávarri, sobre Leopoldo Panero y su familia. No querría que el documental de Labordeta fuese una hagiografía, sino que hubiera claroscuros, pero tampoco será eso, porque ni mis hijas ni yo hemos sido así. Los amigos, que se han entregado, ofrecen un retrato rico y complejo de José Antonio, con una generosidad de interpretación y análisis impresionante», dice Juana de Grandes, viuda de José Antonio Labordeta y uno de los principales personajes del documental que están rodando Gaizka Urresti y Paula Labordeta, con José Carlos Ruiz y Pepe Añón, como directores de fotografía.

Ayer desde la productora se invitó a la prensa a ver cómo transcurre el rodaje «de este proyecto ambicioso y complejo», dice Gaizka Urresti.

El café Levante fue uno de los escenarios claves de la existencia del autor de ‘Cantar y callar’ o ‘Con la voz a cuestas’, a lo largo de su vida. Allí se reunió con muchos amigos, prácticamente hasta el final. El profesor José Luis Calvo Carilla reveló algo no tan conocido: «Conocí a Labordeta en Borja en los 70, cuando yo estaba de profesor allí. Lo invitábamos para todo: para dar charlas, cantar, ir por las bodegas, etc. Nos impresionaba su generosidad. Y años después, cuando organizó una tertulia aquí en el Levante, veníamos desde Borja para participar en ella. Acudíamos Simeón Martín, Herminio Lafoz, yo, etc.».

El actor, dramaturgo y poeta Mariano Anós intervino por la mañana en un solar de la zona de la Magdalena y también por la tarde para evocar los días de rebeldía, poesía y transgresión. «Conocí a todos los Labordeta. A Miguel y a José Antonio especialmente. Di clases varios años en el colegio Santo Tomás, y frecuenté el Niké, de noche. Con Rey del Corral y con Ignacio Prat, que eran mis grandes amigos». La pintora Julia Dorado recordó que ella regresó de Barcelona hacia 1970, el mismo año en que Labordeta volvía de Teruel; entró a impartir un taller de pintura en el psiquiátrico y «allí tuve la feliz sorpresa que los pacientes escuchaban a Labordeta».

Por la mañana, el equipo de rodaje se citó con el artista Natalio Bayo, que ilustró tres poemas de amor de Labordeta; con Paco Simón, que le hizo una portada; con Sergio Abraín, que evocó los días de militancia política y un curioso detalle: Labordeta visitó un día el estudio del grupo Forma, donde sonaban sus canciones. Era un ardid. Labordeta, conmovido, les compró una obra a cada uno de sus integrantes.

Además, entre otros, anduvieron por allí José Luis Cano y José Luis Lasala, que le hicieron portadas. En ese diálogo, donde hubo más gente, se habló de la Asamblea de Cultura de Zaragoza, de las citas en el Centro Pignatelli, del Bonanza, del Levante, etc. O del montaje de ‘Oficina de horizonte’, la pieza teatral de Miguel Labordeta, en la que actuaron ‘El Abuelo’ y María José Moreno, entre otros, bajo la dirección de Mariano Cariñena.

Gaizka Urresti está feliz. «Es una gran oportunidad contar con la implicación de la familia del cantante, escritor y político. El documental les permite hacer una reflexión sobre su vida y su obra», dijo. ‘Labordeta. Un hombre sin más’ cuenta con una aportación inesperada: la aparición de unos diarios inéditos, datados entre 1964 y 1978, que ofrecen un perfil novedoso. En una de las frases dice que se va dedicar a la canción; intuye que le «podía servir para algo». La huella de Paco Ibáñez era inequívoca.

«Veremos a un nuevo Labordeta, un hombre que pasó por diversos estados anímicos, que vivió malos momentos y que registra un estado anímico como los dientes de sierra» dicen Paula y Ángela Labordeta. Ángela es la guionista del documental con Miguel Mena. En esos textos, el autor afirma su pasión por la literatura.

En las grabaciones en la Fundación Labordeta, algunos de los invitados, sentados en el despacho del poeta, cantautor, presentador y político, no han podido contener las lágrimas. «El mejor legado de Labordeta es el legado de la amistad», susurró alguien.

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