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‘Ghost Recon: Breakpoint’, en busca del ‘shooter’ cooperativo definitivo
Mezclando cualidades de diversas sagas, Ubisoft busca la fórmula del juego de disparos definitivo.
La estrategia parece clara: mezclar dos de las franquicias de más éxito de Ubisoft sobre la base de otro gran superventas y crear el ‘shooter’ definitivo. La idea parece buena, el resultado ya es otra cosa.
Hijo bastardo de ‘The Division’, ‘Far Cry’ y, por supuesto, el anterior ‘Ghost Recon’, en esta nueva entrega de la franquicia el jugador encarna a un agente de las fuerzas especiales del ejército de EE. UU., único superviviente de una misión de soldados de elite enviados para investigar una misteriosa isla repleta de enemigos y peligros. Un argumento que resultará familiar a muchos y cuyo desarrollo es poco sorprendente, aunque se salva gracias a unos villanos cargados de carisma.
Este nuevo ‘Ghost Recon’ mezcla el arcade puro de acción frenética con el ‘shooter looter’ de físicas de disparo realistas y la obsesión por coleccionar armamento mejorado y habilidades. Su mayor problema es que se queda a medio camino entre ambos sin satisfacer a los puristas.
Su mayor virtud, que deja un título muy divertido que se disfruta mejor en compañía, jugando ‘online’ con amigos o desconocidos, y trazando una estrategia de juego auricular en oreja, micrófono en boca y mando en mano.
El mapa es enorme, con diferentes emplazamientos que van desde el interior de instalaciones ultratecnológicas, las frondosas selvas, los apacibles bosques y las nevadas cumbres de las montañas. Los gráficos son buenos, pero no aportan nada nuevo, e incluso se pueden observar fallos puntuales en algunas cinemáticas principales.
