Rafael Navarro ocupa el Centro Niemeyer de Avilés con ‘Estructuras’

l El fotógrafo, premio Aragón-Goya 2013, resume 40 años de trayectoria y 136 fotos su visión del cuerpo, de la geometría, de la abstracción y de la arquitectura

Rafael Navarro.
Una de las espectaculares fotos de la serie 'Ellas'. El cuerpo se vuelve paisaje. 2000-2002.
Rafael Navarro.

«Soy un fotógrafo de sensaciones que generan una emoción, un estado de ánimo», dice Rafael Navarro (Zaragoza, 1940), que acaba de inaugurar una ambiciosa muestra de 136 fotos en el Centro Niemeyer de Avilés. «Al principio, con la comisaria de la muestra Rosa Olivares barajamos hacer una retrospectiva global, pero vimos que quedaba como un picoteo de cosas. Hemos elegido ocho series de una treintena que he hecho en mi carrera, y ha quedado algo creo que sugerente».

La obra de Rafael Navarro, Premio Aragón-Goya 2013, se inicia con ‘Formas’ (1975) y llega hasta ‘Arquitectura’ (2019), una serie en color que presentó hace pocos meses en el Museo de Burgos. La propuesta se completa con ‘Dípticos’ (1978-1985), que aquí se expone al completo con sus 69 piezas, ‘Tientos’ (1995), ‘Las formas del cuerpo’ (1996), ‘Ellas’ (2000-2002), sus desnudos de gran formato, y dos series en color: ‘A destiempo’ (2011) y ‘Espacios’ (2012), que suponen, con ‘Arquitectura’, los logros del paso a la fotografía digital y en color.

Rafael Navarro.
Una pieza a color de la serie 'Espacios' (2012).
Rafael Navarro.

«Hay varias series completas. Me hacía mucha ilusión presentar ‘Dípticos’. Nació un poco azar de un proyecto anterior: ‘Involución’ (1977), de dos fotos de esa serie. Si allí eran dos obras superpuestas en formato horizontal, aquí quise jugar con dos imágenes que dialogan entre sí y que deben ser vistas o interpretadas de manera aislada, en formato vertical», dice Rafael. Dos elementos distintos –árboles, cuerpos, paisajes, etc.– componen una pieza hecha de lo dispar que converge o se hace complementario.

«A lo largo de mi carrera he tenido tres fijaciones muy claras: la visión del cuerpo, la geometría y la abstracción. El cuerpo ha sido siempre un vehículo de la emoción, un estímulo, una apetencia de belleza. Pero siempre he querido descontextualizar, volver paisaje el cuerpo, hacerlo anónimo, Prescindo de los rostros, de las fechas, de los lugares», dice Rafael Navarro, académico de Bellas Artes de San Luis. En la muestra, hay muchas fotos de desnudo femenino, algunas tan espectaculares como ese trasero que parece una colina cruzada por un poderoso haz de luz.

El arte de la fragmentación

«La geometría y la abstracción han sido una opción. Me he sentido cómodo ahí», dice. La comisaria Rosa Olivares sostiene que esa apuesta lo ha convertido en un puente generacional «a otras opciones estéticas y experimentales de gran alcance». Matiza Navarro: «No tengo ningún afán documentalista. Los edificios habían aparecido a lo largo de mi obra, pero no del modo que surgen en ‘Espacios’ y, sobre todo, en ‘Arquitectura’. También ahí quiero descontextualizar, busco puntos de vista, detalles. Por decirlo de algún modo, soy un fotógrafo de la fragmentación. Fotografío aquello que me seduce. Nunca intento dar la mejor imagen de un monumento en Roma o Nueva York. Eso no va conmigo», confirma.

Rafael Navarro.
Detalle de sus conocidos 'Dípticos' (1978-1985).
Rafael Navarro.

Rafael Navarro, que acaba de cumplir 79 años, ya ha superado el susto inicial: al principio pensó que no sería fácil superar las paredes curvas del Centro Niemeyer de Avilés ni el terciopelo rojo. «Ha quedado muy bien. El blanco y negro se ajusta muy bien a ese tono, pero tampoco chirrían las piezas en color. Sinceramente, ha quedado una muestra muy hermosa».

‘Estructuras’ permanecerá abierta hasta el 12 de enero de 2020.

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