Caixaforum presenta la poesía pintada y los paisajes del alma del Modernismo en Zaragoza

La muestra 'Azul' ofrece una selección de 69 cuadros de artistas desde finales del siglo XIX y principios del XX, herederos del simbolismo, de artistas como Picasso, Torres-García,  Holder, Darío de Regoyos, Mir o Isidre Nonell, entre otros

Azul.
La muestra 'Azul. El color del Modernismo': la obra 'Lago de Nemi' de Arcadi Mas i Fondevila. / Oliver Duch. 
Aránzazu Navarro.

Azul es una palabra que significa muchas cosas: es un color, es un concepto, es una apuesta, es un símbolo del arte, especialmente desde el último tercio del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Para Víctor Hugo, “el arte es el azul”; para Charles Baudelaire, gran crítico de arte, el azul encarnaba lo inalcanzable y lo misterioso, y Mallarmé salía a buscar la hermosura total a través del eterno azul.

Eso sucedía en Europa, en Francia más concretamente, en el ámbito de los poetas simbolistas; y en Latinoamérica, antes de viajar a Europa, Rubén Darío publica su poemario ‘Azul’ (1888), un gran libro modernista que dejaría su huella en Antonio Machado y en Juan Ramón Jiménez, El poeta, galardonado en Zaragoza en la Exposición Hispano-Francesa de 1908, define el azul “como el color del ensueño, del color del artel el color helénico y homérico, color oceánico y del firmamento”. El azul, para ellos, los poetas, y para un puñado de pintores que abrían la puerta a un neorromaticismo, era también la representación de la noche, del cielo, del mar, de la espiritualidad, de la introspección y, por supuesto, de la melancolía.

‘Azul’ se titula la exposición que se ha inaugurado en la segunda planta de Caixaforum, que consta de 69 obras fechadas a partir de 1870 hasta las dos primeras décadas del siglo XX, desde Courbet y Santiago Rusiñol e Isidre Nonell hasta Torres-García, Pablo Picasso, Joaquim Mir, Anglada Camarasa, Ferdinand Hodler o Paul Mathey, es decir pintores españoles y extranjeros. Ricardo Alfós, director de Caixaforum, Isabel Salgado, responsable de exposiciones de la Fundación Bancaria ‘La Caixa’, y Teresa M. Sala, comisaria de la muestra, presentaron este proyecto espectacular, lleno de plasticidad, de evocación, y esencialmente pintura de naturaleza. O “de paisajes alegóricos”.

Teresa M. Sala agradeció al Museo Nacional de Cataluña y al Museo de Ginebra la libertad que le han dado, que no le pidiesen un proyecto encorsetado, y agradeció a los pintores, “que ya no están vivos”, “que estén con nosotros en su obra”. Dijo: “Azul’ habla del color, habla de un concepto, y es el color de la modernidad”, habla de la búsqueda de artistas que se enfrentaron a un siglo XIX convulso, habla del espíritu de una época, y quizá por ello se ha incorporado el cine, que nació en 1895 y fue mudo hasta 1927.

Azul.
Ricardo Alfós, Teresa M. Sala e Isabel Salgado, en la muestra,.
Aránzazu Navarro.

Teresa M. Sala recordó que entonces el cine era en blanco y negro pero a veces se tintaban las películas, algo que hacía, entre otros, el turolense Segundo de Chomón, a quien se recupera en las proyecciones. La muestra también puede entenderse como “la representación, en clave azul, del movimiento simbolista, enfrentado al naturalismo. ‘Azul’ reivindica la posibilidad de soñar, el sueño, la posibilidad de sugerir antes que explicar”.

Teresa M. Sala dijo que la muestra tenía “una estética poetológica, es poesía pintada, es un paisaje en ella misma” y recordó que se han intentado recuperar pinturas más o menos famosas y conocidas con otras que estaban ocultas en los almacenes. Hay obras cedidas por hasta diez instituciones. Se ha intentado crear un diálogo fluido y ameno, donde converge la belleza, el color y las atmósferas, a través de cinco secciones: ‘Todos los colores del azul’, donde se exhiben esas obras del azul ultramar o lapislázuli, el azul cobalto francés y el azul Prusia. 

Luego está ‘Azur’, que compendia el ideal de beldad de los artistas; los ‘Paisajes sonoros. Paisajes del alma’, que abarcan los aromas de añoranza, los crepúsculos, los nocturnos y la Arcadia soñada; ‘El pájaro azul y la flor azul’, una aproximación a los símbolos, y se cierra con la sección ‘Noche de cine’, donde se proyecta la obra ‘Las lunatiques’ de Segundo de Chomón, de 1908. A propósito de este maestro de los efectos visuales, se recuerda que “la imaginación y el cine confluyen en el cine como contrapunto lúdico de los paisajes pintados de Azul durante la época del Modernismo”.

Como suele ocurrir con la programación de Caixaforum, hay actividades paralelas o complementarias. El 26, a las 18.00, Teresa M. Sala ofrece una conferencia, ‘El color azul en el Modernismo’; además, se ofrecen visitas comentadas, visitas con café tertulia, y un espacio educativo, ‘Un gran azul’, donde se desvelan diversos cromatismos: celeste, marino, cobalto, cian o turquesa. ‘Azul. El color del Modernismo’ permanecerá abierta hasta el 19 de enero de 2020.

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