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Kristen Stewart: "El feminismo es mi segunda piel"

La actriz de 'Crepúsculo' presenta en el Festival de San Sebastián un retrato biográfico de la malograda Jean Seberg y muestra su faceta más combativa: "Solo me siento atacada por mi Gobierno".

Kristen Stewart, este viernes en el Festival de San Sebastián.
Kristen Stewart, este viernes en el Festival de San Sebastián.
Vincent West

Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) es seguramente la mayor estrella que pasará este año por San Sebastián si hablamos en términos de popularidad e influencia entre el público joven que va a las salas. Hay toda una generación que creció con la Bella de la saga 'Crepúsculo' y que tiene en la californiana un modelo de imagen y comportamiento. Rostro de Chanel y Balenciaga, Stewart hace correr ríos de tinta cuando rompe con sus novios y novias -la penúltima, una modelo de Victoria's Secret-, aunque en San Sebastián ha demostrado con su discurso que permanece ajena a las frivolidades. En persona, Stewart mira fijamente a su interlocutor con sus acuosos ojos verdes enmarcados en sombra de ojos. Del cuello cuelga una cadena con un candado.

'Seberg', que inauguró la sección Perlas tras estrenarse en Venecia, convierte a Stewart en la actriz Jean Seberg, musa de la Nouvelle Vague y objeto de las pesquisas del FBI tras apoyar a los Panteras Negras en la convulsa América de los años 60. Nacida en Iowa, Seberg casi muere abrasada por Otto Preminger en la hoguera de 'Juana de Arco' y su imagen con pelo corto repartiendo el 'Herald Tribune' en los Campos Elíseos en 'Al final de la escapada' de Godard la convirtió en icono femenino de la época.

El director Benedict Andrews arranca la acción en Mayo del 68, cuando la actriz, casada con el escritor Romain Gary, se acuesta con uno de los líderes del Black Power y escandaliza a Estados Unidos. Su apoyo económico al movimiento negro llevó al Gobierno a instalar micrófonos en su hogar y a seguir todos sus pasos, difamándola y haciéndole la vida imposible. En 1979, Seberg fue encontrada muerta en su coche en una calle de París diez días después de denunciarse su desaparición. Los rastros de alcohol y barbitúricos llevó a pensar que su octava tentativa de suicidio había dado resultado, aunque su muerte sigue sin aclarar. Tenía 40 años.

-¿Se identifica con Jean Seberg?

-Jean no iba contra nadie, solo intentaba buscar su propio camino como artista. Y eso en aquellos tiempos, buscarse a sí mismo, no era muy normal. Encontró en Francia un paisaje existencialista que exploró en el cine, quería hacerse preguntas y no contestarlas. No quería romper reglas. Tampoco ser famosa, una estrella lejana, sino alguien cercano para el público. Políticamente se significó situándose a favor de la igualdad, no es un concepto tan raro, pero igual el público no esperaba escuchar esas ideas de su boca. Eran nociones subversivas, peligrosas, cuando el público esperaba que una actriz represente valores seguros. Yo vivo en un ambiente muy distinto. La gente hoy está comprometida política y culturalmente. Hoy no queremos que todo el mundo sea igual y ansiamos escuchar historias de mujeres. Sí, yo me siento menos controlada que Jean Seberg. En cambio me siento atacada, como muchos estadounidenses, por mi Gobierno. Y no me siento sola ante los ataques que recibo ni estoy aislada como ella.

-No le asusta enarbolar causas.

-No. Cuando voto, cuando converso con la prensa, cuando escojo los proyectos, estoy reflejando quién soy. Acercarte a los demás es un privilegio maravilloso de ser actriz. ¿Sabes? Cuando tienes miedo, en el arte suceden cosas muy interesantes. Dices que sabes algo pero en realidad sabes muy poco, y ese es el primer paso de cualquier conversación filosófica. Me han puesto en una situación en que puedo diferenciar ideas, sufro críticas pero puedo conectar con mucha gente. Tengo el regalo de poder dar cosas y compartir con los demás. Ser actriz implica que tienes algo que dar, si no, no merece la pena, es aburrido. Tengo muy bien compartimentados mi trabajo y mi vida, no necesito una vida alternativa en el cine para complementar la mía. Cualquier cosa que duela o asuste un poco merece la pena. Y a mí me duelen las cuestiones sociales y humanitarias. Estoy a favor de la igualdad, me preocupa el cambio climático y el mundo debería estar temblando por el descontrol que hay con las armas. Y en mi caso el feminismo es como una segunda piel.

-¿Leyó el guion del filme y supo que tenía que hacer la película?

-La historia me conmovió, sentí que era una película necesaria que la gente debía ver. Me pareció un escándalo que tenía que ser conocido.

-Hoy en día no nos choca que una estrella sirva de altavoz de causas políticas.

-Hoy no tienes que ser famoso para hablar de lo que consideres importante, tienes la plataforma para hacerlo en las redes sociales. A mí no me hace falta utilizarlas, pero me parecen fantásticas porque ya nadie se siente aislado, puedes encontrar gente de tu propio pueblo que siente como tú. Puedes encontrar a los tuyos más fácilmente. Yo tengo el privilegio de que los periodistas me preguntáis, ni siquiera tengo que sacar yo los temas. En el mundo que vivimos, con la situación política tan convulsa, todo el mundo se siente preguntado. Y hace falta tener las respuestas de inmediato. Se ha abierto la conversación a todo el mundo. Y no hay que mosquearse cuando alguien opina lo contrario que tú.

-¿Se siente vigilada, como Jean Seberg?

-La sociedad es muy plural, no es un todo que piense lo mismo de ti. Estados Unidos está en guerra consigo mismo. Es difícil reconocer a mi país en el panorama actual. Hay una falta de igualdad sistémica que nos provoca ira, estamos enfadados. Y cuando la gente es infeliz se desconecta del resto, es tiempo de reconectarnos. Pero creo que hemos llegado a un punto de ebullición en que la cosa tiene que cambiar, tendremos pronto elecciones. Sabes que estás en guerra cuando, gane quien gane, alguien va a estar infeliz con el resultado.

-Pronto la veremos como una nueva 'Ángel de Charlie'.

-Es mucho más real que las películas anteriores, las protagonistas no somos superhéroes. Tienen poder porque están unidas y apoyadas, hay una agencia de Ángeles de Charlie por todo el mundo. Hoy en día hay películas que se dice que tienen una perspectiva feminista, pero están hechas por hombres, sin utilizar los poderes que tenemos las mujeres. No podemos ser tan fuertes físicamente como ellos, así que tenemos que ser más inteligentes. Sabemos cuidar de nosotros mismas. Sororidad. Sí, 'Los Ángeles de Charlie' es una película sobre mujeres fuertes muy divertida.

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