literatura

Sandra Andrés: "Todos tenemos una dualidad: somos luz y oscuridad,pasión y miedo"

La zaragozana, nacida en 1982, siente pasión por ‘El fantasma de la Ópera’ de Gaston Leroux y le rinde homenaje en ‘Deja cantar a la muerte’ (Cross Book).

Sandra Andrés se mueve entre la fantasía y el mundo gótico.
Sandra Andrés se mueve entre la fantasía y el mundo gótico.
Oliver Duch

¿Qué pasó cuando, a los doce años, la llevaron a los sótanos de la Ópera Garnier de París?

No fue sencillo conseguir un permiso especial para visitar los subterráneos de la Ópera Garnier. Son parte de la historia del edificio, con sus laberínticas galerías, su lago artificial, sus peces ciegos, pero también constituyen una zona fundamental del edificio, y es que allí se alojan el atrezzo de los ballets, las luces, etc. Fue toda una experiencia. La atmósfera está impregnada de misterio, de magia, de oscura poesía. No volví a ser la misma.

¿Es consecuencia natural de esa experiencia su pasión por ‘El fantasma de la Ópera’ de Gastón Leroux, la novela de 1910?

No. Accedí a los subterráneos de la Ópera cuando ya había descubierto la novela de Leroux.

Para quien no se haya adentrado en el libro y solo tenga referencias del cine o de la ópera, ¿por qué deberían leer ese texto?

A todos nos apasionan la música, el amor, el misterio… Pero si además añadimos un personaje atormentado, cuya deformidad física le asemeja a un verdadero fantasma y le obliga a ocultarse del mundo, enamorado de una cantante a la que le ha dado voz, alas y alma, y a la que finalmente libera de su cautiverio…, la historia cobra dimensiones atemporales.

Ya la recordaba en ‘El violín negro’. Y ahora en ‘Deja cantar a la muerte’. ¿Es otro homenaje?

Sí, con ‘Deja cantar a la muerte’, mi deseo ha sido llevar la historia original de Leroux a la actualidad. ‘Un fantasma de la Ópera’ moderno, cuya vida transcurre en pleno siglo XXI. Quise rendir un homenaje a Leroux, pero con temas y referencias que llevasen al lector joven y no tan joven a conocer y acercarse a esta leyenda desde otro punto de vista.

Vayamos con los personajes. Hablemos de Christine, cantante y bailarina, huérfana de padres

La Christine de Gaston Leroux era un personaje típico de finales del siglo XIX, pero poseía ciertos elementos que quise potenciar no solo para exponer mi propia catarsis, sino porque he comprobado que muchos jóvenes sufrían su mismo miedo: miedo a no ser capaces de alcanzar sus sueños, miedo de no ser ellos mismos, de no sentirse vivos. Christine encarna toda esa ansiedad para, poco a poco, transformarla en valentía, seguridad y confianza a través del amor y la música.

¿Llevamos todos un fantasma dentro, alguien que nos acosa?

Todos tenemos una dualidad, somos luz y oscuridad, somos pasión y miedo. Por eso ‘Deja cantar a la muerte’ es un grito de esperanza. No importa qué fantasmas nos acosen, siempre tendremos el poder de hacerles frente.

¿Qué nos da o nos puede dar la música? ¿Contagia una pasión tan cósmica y absoluta?

La música, como todas las artes, tiene el poder de traspasar cualquier barrera. Une corazones, construye puentes entre personas, enciende lo que estaba dormido. El arte nos anima a pensar que no estamos solos; todo nace de la pasión, del deseo de dejar una huella. Una canción, una melodía o un libro puede cambiarlo todo.

Aváncenos quién es Erik…

Erik, o el fantasma, es un joven marcado de nacimiento. La deformidad en su rostro le incapacita para tener una vida normal y tras un hecho terrible, decide recluirse en los subterráneos de París. En cierto modo, es como Christine: nadie sabe que bajo su apariencia atormentada y frágil, hay un chico de una inteligencia increíble y de un don extraordinario para la música.

¿Ha querido hacer una historia de amor o de rebeldía femenina?

Me gusta que mis novelas mezclen el amor y el misterio. Con ‘Deja cantar a la muerte’ quise ir un poquito más allá y hablar de la confianza en uno mismo o del empoderamiento de la mujer frente a sus miedos.

¿Por qué le atrae tanto la oscuridad, los lugares del pánico?

Desde que era pequeña me ha atraído el enigma que supone la frontera de nuestro mundo y su relación con los misterios que nadie ha logrado explicar, los personajes atormentados, los lugares secretos que esconden leyendas atemporales. Ahí me muevo.

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