Arte

Almodóvar entra en la pintura de la mano de Jorge Galindo con 'Flores de periferia'

El cineasta y el pintor han fusionado la producción fotográfica de uno con la pintura del otro en 25 obras que se muestran en una exposición en Almería.

Pedro Almodóvar y Jorge Galindo en la inauguración de su exposición 'Flores de periferia'
Pedro Almodóvar y Jorge Galindo en la inauguración de su exposición 'Flores de periferia'
Efe

El cineasta Pedro Almodóvar ha inaugurado este viernes la exposición 'Flores de periferia' con la que entra en la pintura de la mano del artista Jorge Galindo para fusionar su producción fotográfica con el óleo y hacer de sus bodegones de flores unos lienzos que dan paso a nuevas obras en las que predomina el color, el gesto y hasta "casi la convulsión".

"El día que habíamos acordado me presenté en su estudio y empezamos con muchas dudas, con todas las dudas del mundo por mi parte. Pero la experiencia ha sido catártica para mí, ha sido muy emocionante", ha explicado Almodóvar, quien en un principio "no tenía la menor idea de que iba a participar como pintor" en el proyecto que se expone por primera vez y hasta el próximo 29 de septiembre en el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), ubicado en Almería.

La exposición, que se vio invadida desde el primer momento por sus seguidores y formó colas de personas que también buscaban un autógrafo o un selfie con él, muestra el trabajo "a cuatro manos" realizado durante el último año en el estudio del pintor, en el que se refleja un "juego de apariciones" permanente entre ambos artistas a través del "divertimento", según Galindo, pero que no deja de lado el "rigor" en la confección de los cuadros, según recalca el cineasta ante un reducido grupo de periodistas.

La colaboración entre ambos creadores tiene sus precedentes. Del vestíbulo del doctor Robert Ledgard en 'La piel que habito' colgaban cuadros de flores de gran formato trazadas por Galindo, quien también es el autor del sencillo dibujo realizado sobre el papel de un saco de cemento que aparece en 'Dolor y gloria' y que sirve de hilo conductor para contar gran parte de la historia de Salvador en la última película de director.

Reconvertido en fotógrafo -"lo digo un poco de broma, porque no me tomo a mí mismo muy en serio", confiesa al respecto-, Almodóvar vuelve a ser "novato" en una disciplina artística, en la que sigue el ejemplo y las directrices de Jorge Galindo, quien le propuso ampliar sus instantáneas a tamaños "descomunales", como si de pantallas de cine se trataran, para pintar sobre ellas. "A mí me gusta mucho él como pintor y me pareció un regalazo poner su talento sobre las fotos", ha asegurado.

El proceso creativo ha supuesto salirse de lo convencional. "No hemos utilizado ni si quiera la brocha, en algunos momentos lo hemos hecho con las manos", explica el artista rodeado de unos cuadros pintados "sin piedad", en los que la fe en el resultado a la que aludía Willen de Cunning "se ha convertido en una magia". "Para mí era totalmente embriagador, me sentía pintar con todo el cuerpo y eso es una experiencia extraordinaria", ha añadido por su parte el Almodóvar.

Así, los bodegones de flores que comenzó a captar hace tres años durante una Semana Santa en la que se aburría en su casa de Madrid, gracias a "un rincón con una luz especial que entra en la cocina", se han convertido ahora en otra obra en la que vuelve a predominar el color, la luz y aquellas "cosas deseables" en las que dice estar "sumergido".

"Son elementos domésticos, asequibles y es una especie de enamoramiento de tu entorno, y a la vez, de lo más sencillo que tienes. Para mí eso resulta muy emocionante, esa emoción es lo que me hace fotografiarlo, y lo maravilloso es que él -Jorge Galindo- ha querido lanzarle pintura y convertirlo en esto", explica en torno al proyecto con el que, personalmente, se ha reencontrado con colores como el blanco, se aleja del intenso rojo que caracterizan sus composiciones en la escena y se aparta totalmente del negro, que se reserva únicamente para el pintor.

La obra, que llega al centro de referencia andaluz de la fotografía gracias a la "complicidad" con su director, Rafael Doctor, adopta el nombre 'Flores de periferia' tanto por su temática "eterna" en el mundo del arte como por su composición, dado que buena parte de ella se desarrolla sobre capas de carteles superpuestos recogidos en la calle que "crecen de la manera más salvaje y más hermosa debajo de los puentes de las autopistas que rodean Madrid".

En total, 25 obras que se desarrollan en gran parte a través de óleos sobre impresiones digitales en lienzo de gran formato con las fotografías de Almodóvar, con las que "huía del hiperrealismo fotográfico" en busca de una impresión "pictoricista", que de momento no le separan de su carrera en el séptimo arte.

"Seguiré haciendo cine", se sonríe el director manchego, quien en su visita a Almería ha recordado pequeñas incursiones de paisajes almerienses en algunas de sus cintas como la playa de Mónsul, en 'Hable con ella', o Aguamarga, en 'Laberinto de pasiones'.

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