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Las ‘medusas’ buenas

Una marea de salpas, extraños seres marinos cristalinos y gelatinosos, saca del agua a los bañistas de las costas de Málaga y Granada. "Es solo plancton y es inocuo", dicen los científicos.

Un ejemplar excepcionalmente grande de ‘Salpa fusiformis’. Abajo, los restos de muchos otros en una playa del Mediterráneo.
Un ejemplar excepcionalmente grande de ‘Salpa fusiformis’. Abajo, los restos de muchos otros en una playa del Mediterráneo.
Icíar Ochoa de Olano

Si al desaparecido artista suizo H. R. Giger, famoso por el diseño de las criaturas de la película ‘Alien’ y sus secuelas, le hubieran encargado crear una versión submarina del alienígena que se coló en ‘Nostromo’, la nave tripulada por Ellen Ripley, le habría salido un salpa. Aunque bastante más pequeños que el octavo pasajero –de hecho, en una sola zarpa le cabrían unos cuantos–, estas criaturas invertebradas, gelatinosas y transparentes que pululan a la deriva por los océanos del mundo provocan a priori una sensación que transita entre la desazón y la repulsión. Sobre todo, si eres un veraneante a remojo estos días en una de las playas que bañan la costa suroriental española.

Hasta allá han llegado a miles estos mini ‘aliens’ cristalinos y blandurrios, que parecen tener un botón luminiscente en su interior, provocando la salida del agua a pantalón quitado de cientos de privilegiados que han podido acercarse al litoral granadino y al malagueño a sacudirse la canícula. A primera vista, estos incoloros animalitos parecen medusas. De ahí que la gente salga huyendo en cuanto percibe su presencia.

La comunidad científica en pleno asegura que no existen motivos para escapar despavoridos. Pese a las similitudes, ni son medusas, ni su contacto con la piel humana termina en urticaria, ni representan amenaza alguna contra la humanidad. Se trata, sencilla y llanamente, de "plancton inocuo".

Desde tierra firme se ve con total naturalidad la invasión de este ser marino con forma de tubo que avanza bombeando agua a través de su cuerpo y que en su edad adulta alcanza el tamaño de un dedo pulgar. Al menos, por la que pisa el Instituto de Ciencias del Mar (ICM), adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "La ‘Salpa fulsiforme’ forma parte del plancton gelatinoso. Por un lado están los filtradores (del fitoplacton o placton más pequeño), como es su caso y el de otros grupos; por otro, los carnívoros, como los moluscos y las medusas. Todos abundan en mar abierto.

A finales de la primavera, que es cuando hay más horas de luz solar y la temperatura del agua sube, tiene lugar la mayor producción biológica del Mediterráneo. Los animales que filtran esos pequeños organismos, es decir, las salpas, crecen en grandes cantidades y forman cadenas muy largas que se quedan suspendidas en columnas de agua", explica a este periódico Josep María Gili, ecólogo marino y profesor de investigación del CSIC.

El fenómeno se repite prácticamente todos los años. A veces, incluso, un par de veces. "Cuando se aproxima el verano, cambia el régimen de vientos en el Mediterráneo y eso provoca que las brisas y las corrientes traigan a la costa estas masas de plancton. Entre ellas, las salpas. Es el momento en que los peces hacen su mayor fiesta anual. Esos cuerpos gelatinosos están llenos de colágeno, una proteína fundamental para muchos animales. Para ellos, llega el gran banquete", agrega el experto.

Fagocitadores de C02. También conocidos como ‘zapaticos’ por muchos lugareños, su aparición supone un "indicativo de cuán vivo está aún este mar".

National Geographic acaba de presentar un documental en el que denuncia que no hay otro mar más contaminado en el planeta. ¿Alarmismo, a la luz de esta explosión biológica?

– No. A nivel costero es el más contaminado. Cada vez vivimos más en el litoral, donde hay mucha actividad industrial, y es un mar pequeño y cerrado.

Pese a toda esa polución, las salpas continúan por ahora visitándonos y poniendo, más que un granito, un cargamento de arena por el bienestar del planeta. Y es que son grandes consumidoras de carbono, a través de los organismos fotosintéticos de los que se alimentan. El fitoplacton marino transforma el CO2 en las capas superficiales de los océanos "produciendo nada menos que el 50% del oxígeno del planeta", enfatiza Gili.

En corto

Ni pez, ni medusa

La ‘Salpa fulsiforme’ es plancton gelatinoso perteneciente al grupo de los filtradores. El de los carnívoros lo forman las medusas y los moluscos.

Hermafrodita

Su forma de reproducción es la alternancia generacional. Esto es, combina una fase asexuada con otra sexual. En la primera, se reproduce clonándose y en la segunda, a través de gametos femeninos y masculinos.

Dieta carbónica

Filtra fitoplancton, organismos fotosintéticos que ‘engullen’ el CO2 que queda fijado en la superficie del mar. La salpa es el paso intermedio entre invertebrados y vertebrados, puesto que tiene una primitiva columna.

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