Fallece a los 81 años el escritor Fernando Aínsa

Autor de una amplia y brillante obra como narrador y poeta, le gustaba «mirar el mundo desde los márgenes»

Fernando Aínsa, cuando recibió el premio Imán en 2013.
Fernando Aínsa, cuando recibió el premio Imán en 2013.
Asier Alcorta

El escritor Fernando Aínsa, figura poliédrica de las letras porque ha cultivado desde hace décadas todo tipo de géneros, falleció el jueves a primeras horas de la tarde en Zaragoza.

Fernando Aínsa Amigues nació en Palma de Mallorca el 24 de julio de 1937 de padre aragonés y madre francesa. «Desde el día en que nací fui un extranjero en mi propia tierra», le gustaba decir, al tiempo que subrayaba que eso le empujó a «aprender a mirar el mundo desde los márgenes. Esa mirada oblicua y descolocada es la que me apasionaría luego en la literatura». Su trayectoria vital responde a estas palabras, ya que en 1951 emigró con su familia a Uruguay, país donde se integró perfectamente e inició su carrera literaria.

En 1973 se instaló en Francia, donde al año siguiente empezó a trabajar en la sede de la Unesco en París, principalmente como director literario de su editorial. En ese puesto estuvo hasta 1999, cuando se instaló en Aragón, donde ha vivido a caballo entre Zaragoza y Oliete (Teruel). Cuando en el año 2013 recibió el premio Imán, que concede la Asociación Aragonesa de Escritores, recordaba que al llegar a Aragón, sintió rápidamente «que mis orígenes paternos habían encontrado finalmente un espacio hecho de convivialidad (camaradería) donde enraizarse definitivamente. Aquí he escrito y desde aquí he publicado más de la mitad de mis obras. Entre Zaragoza y Oliete he descubierto una tardía vocación de poeta».

Los versos, la narrativa, el ensayo, la crítica... ningún género le fue ajeno y en todos brilló. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués, árabe, polaco, ruso y macedonio. Era miembro correspondiente de las academias de las Letras de Uruguay y Venezuela, y del patronato de la Biblioteca Nacional de España.

Como ensayista, ha reflexionado sobre la utopía, la obra de Onetti, la literatura hispanoamerciana o la globalización. Entre sus libros de versos cabe citar ‘Aprendizajes tardíos’, ‘Bodas de oro’, ‘El copista’ o ‘Poder del buitre sobre sus lentas alas’, este último publicado por la editorial zaragozana Olifante hace siete años. Y, entre su obra en prosa, destacan ‘El testigo’, ‘Con cierto asombro’, ‘Las palomas de Rodrigo’, ‘Los naufragios de Malinow’, ‘Los que han vuelto’ y ‘Naufragios del Mar del Sur’.

Sus últimos libros han sido los poemarios ‘Nuevos espejos de feria’ (Vitrubio, 2017) y ‘Resistencia del aire. Poesía, 2007-2016’ (Renacimiento, 2018); y el volumen de retratos literarios ‘Residencia y tránsito de las letras en Aragón’ (Pregunta, 2017).

Mantuvo una intensa vida cultural en la capital aragonesa (el sábado pasado visitó la feria del libro zaragozana) y por ello la Asociación Aragonesa de Escritores le despedía ayer con cariño y dolor: «Nunca le olvidaremos, la huella que ha dejado en quienes le conocimos es imperecedera».

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