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¿Y si Goya no fuera Goya?

El historiador Daniel José Carrasco asegura que el pintor de Fundetodos no nació con ese nombre. Sería el hijo bastardo de un noble de alta cuna. 

Retrato del pintor Francisco de Goya.
Retrato del pintor Francisco de Goya.

Francisco José de Goya y Lucientes no existió. Así lo asegura Daniel José Carrasco de Jaime, historiador de arte y experto en museología de la Universidad de Granada. Carrasco está especializado en la pintura antigua y lleva más de una década estudiando a Goya. En su libro 'De la luz y de las sombras: G.O.Y.A.' expone que el pintor de Fuendetodos no fue bautizado con los apellidos Goya y Lucientes. Su teoría es que era un miembro de la masonería y las letras de Goya componían un acrónimo de Gnóstico Oriental y Arquitecto y el de Gran Oriente y Aragón. Además, el apellido Lucientes haría referencia Lucen Mentis. 

En una entrevista publicada en 'El Mundo', Carrasco puntualiza que el apellido de Goya no había existido antes de que el pintor lo utilizara. También duda sobre la existencia anterior de Lucientes. De hecho, destaca que la fotografía de la partida de nacimiento del pintor también podría ser falsa.

El documento original desapareció durante la Guerra Civil y solo se conserva una imagen de él. Carrasco de Jaime explica que en el margen derecho del documento aparece una nota marginal: "Pintor de su majestad en la Corte". Su teoría es que esta nota y el resto de datos fueron escritos por la misma persona. "No tiene ningún sentido que el mismo día que se deja constancia de su bautismo se diga que es pintor del rey. Eso solo puede demostrar que se trata de un documento falso", puntualiza el historiador en la citada entrevista. 

Teniendo en cuenta toda esta información y tras más de 10 años de estudio, Carrasco opina que Goya era el hijo bastardo de un miembro de la casa Borbó-Lavedán, una rama extinta de los Borbones. El historiador considera que el padre de Goya era masón y que el pintor aragonés se formó como tal en Sevilla. De hecho, recalca que trasladó a su pintura la simbología masona: las grafías o microfirmas que aparecen en numerosas obras revelarían los conocimientos orientales y de arquitecto en estructuras que tenía Goya.

En concreto, Carrasco considera que el pintor habría alcanzado el máximo grado dentro de la masonería. "Hasta el extremo de ser decapitado", sostiene. Goya falleció en Burdeos en 1828. Cuando 60 años después fue exhumado 60, se descubrió que faltaba su cabeza. "Para un Gran Oriente que abandona geográficamente su zona de influencia, el que se le decapite constituye la máxima distinción", concluye Carrasco. En su libro, el historiador también atribuye a Goya más de un centenar de obras que hasta ahora se habían considerado de otros pintores. 

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