XIII CONCURSO RELATO BREVE DE HERALDO

Salidas

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Andén de la estación de tren de Teruel, una de las que contarán con nuevo apartadero.
A. García/bykofoto

Tras años de espera, la megafonía anunció su proximidad. Entonces Ángel y Luz observaron el horizonte que escondía los raíles.

—Ahí está mi tren —comentó Luz mientras se calzaba sus zapatos.

—Nuestro tren —corrigió Ángel, que también se calzó sus botas.

Los dos se fundieron en un abrazo antes de tumbarse sobre las vías. Y allí permanecieron, uno junto a otro, en silencio, mientras se acercaba el tren que los hacía temblar.

Hasta que Ángel cogió de la mano a Luz, la miro y le susurró al oído:

—Te quiero.

—Yo te quise —respondió Luz. Luego se zafó de la mano de Ángel, se incorporó y salió corriendo en dirección al andén.

Ángel observó como ella se alejaba mientras el rugido del tren se aproximaba. No se movió; solo gritó: “¡Te quiero, Luz!”.

El tren lo arroyó y continuó su camino, sin detenerse.

Luz contempló la escena y susurró para sí: “Yo te quise, demonio”; después esbozó una sonrisa, se dio la vuelta y se alejó, sin mirar atrás ni detenerse.

Lea todos los relatos que participan en el XIII Concurso de relato breve de Heraldo.

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