ARAGÓN FASHIoN WEEK

Ocho dardos de Lorenzo Caprile a los mantras de la moda

El modista no da puntada sin hilo. El lunes inauguró la AFW presentando su libro 'De qué hablamos cuando hablamos de estilo', en el que dinamita ideas preconcebidas que se repiten en el mundo de la moda.

Lorenzo Caprile, en la presentación de su libro en Zaragoza.
Lorenzo Caprile, en la presentación de su libro en Zaragoza.
José Miguel Marco

Lorenzo Caprile fue el encargado este lunes de inaugurar la Aragón Fashion Week, cuya segunda edición se celebra en Zaragoza hasta el próximo sábado. El modista llegó al Ámbito Cultural del Corte Inglés con uno de sus libros bajo el brazo, ‘De qué hablamos cuando hablamos de estilo’, en el que desarrolla un discurso empeñado en dinamitar algunos mantras e ideas preconcebidos en la moda. Es un libro muy práctico, pero también apasionado, un canto a la cultura del esfuerzo, a los procesos y la profesionalidad que hay detrás de lo que se ve en las pasarelas. Ante un auditorio lleno, Lorenzo lanzó algunos de sus dardos cargados de sentido común y del humor, por ejemplo, sobre los siguiente temas:

SOBRE LA POPULARIDAD

Lorenzo Caprile es de los pocos modistos españoles que puede presumir de contar entre sus creaciones algunas recordadas por todos. Vistió a la infanta Cristina el día de su boda, y a la entonces novia del príncipe Felipe, Letizia Ortiz, hoy Reina de España, para su presentación ante las cortes reales europeas. Ahora, además de conocido, Caprile ha dado un salto hacia la popularidad, de la mano de la televisión, donde es jurado del concurso ‘Maestros de la costura’ que, por cierto, mañana llega a su final. En cuanto a esta nueva dimensión, Caprile dice que es «muy agradable», pero matiza que «hoy los fenómenos televisivos ya no consisten en esas audiencias de cuando había dos canales». «Es muy bonito, siempre se me acercan desde el cariño y desde la admiración. Es muy reconfortante», asegura.

SOBRE EL DISCURSO OFICIAL DE LORENZO CAPRILE

Caprile no cree que su discurso sea «contracorriente». «Lo que creo –reflexiona– es que en el mundo de la moda, que es tan subjetivo, como los del arte, la cocina de autor, determinado tipo de películas o de literatura, sucede el síndrome del traje nuevo del emperador. Que nadie se atreve a decir lo que piensa por miedo a no ser uno de los elegidos o a no ser moderno o no tener suficiente nivel. Hay que tener en cuenta que la moda trabaja con elementos muy mezquinos: con el deseo de ser guapo, de que el otro nos acepte, de conquistar, de machacar a tu cuñada.... Por eso hay tanto resquemor a decir: “Mira, esa es una mamarracha y lo que lleva es horroroso”. Porque igual piensan que no entiendo, que soy un antiguo».

El mundo de la moda trabaja con elementos muy mezquinos: con el deseo de ser guapo, de que el otro nos acepte, de conquistar, de machacar a tu cuñada". 

SOBRE EL NEGOCIO DE LA MODA

Para Lorenzo Caprile, la moda es un negocio. «Hay que saber que es una industria durísima y un negocio complicado. Los que se acerquen desde el punto de vista de la cultura y del arte y de ideas como “con mi traje lanzo un mensaje al mundo”, están equivocados y se van dar un tortazo. Nadie se viste pensando que va a cambiar el mundo. Nos vestimos para cubrirnos, para cumplir una misión profesional, para ligar, para gustar a tus amigas o a tu cuñada. Porque dentro del mundo de la moda habría que hacer un capítulo aparte que se titulara: ‘Las Cuñadas’. ¡Cuánto influyen!. Eso sí que es un problemón».

"Nadie se viste pensando que va a cambiar el mundo".

SOBRE LOS ‘LIKES’

Lorenzo Caprile es prácticamente un ludita. No se separa de su viejo Nokia. Las redes sociales le dan «mucho miedo y respeto», dice. «Creo que es algo muy nuevo que está absolutamente sobrevalorado. No sé qué herramientas tienen las grandes corporaciones para realmente traducir si hay ese retorno efectivo que compense las cifras que se pagan en Instagram. Vivimos momentos muy revueltos para todos, la publicidad tradicional no funciona. Pero, ¿ese mismo mensaje a través de personajes en las redes produce ese retorno que justifique esas inversiones? Yo creo que ni las marcas lo saben. Dicho esto, el fenómeno ‘influencer’ ha existido siempre: personajes en los que nos hemos fijado y hemos querido seguir su manera de vestir, de peinarse, su estilo de vida. Según Caprile, «antes igual era más complicado que surgiera alguien y, ahora, a nada que tengas un poco de chispa, de estrategia y te sepas manejar bien, pues quizá (quizá), sea un poco más fácil llegar».

¿El mensaje a través de personajes en las redes sociales produce ese retorno que justifica semejantes inversiones? Yo creo que ni las marcas lo saben".

SOBRE LAS MODISTAS

«Yo nunca he dicho que ahora no haya buenas modistas. Quizá lo ha dicho algún invitado al programa... Porque no es verdad». Para Caprile, «lo que pasa en realidad es que hay quien se queja que no encuentra ese mirlo blanco al que le llevas un bocetito y cuatro recortes y tú te vas a Bali con el ‘chill out’, a soñar y a ser diseñador, y llegas cuatro días después y esa modista tiene tu idea magníficamente interpretada. Eso no existe ni en España ni en París ni en Sebastopol. Es una fantasía».

MODISTA VS. DISEÑADOR

Según explicó Lorenzo Caprile, en España hay bastantes escuelas buenas de confección y patronaje. «Lo que ocurre es que ahora las nuevas generaciones no quieren esos puestos técnicos, quieren ser... diseñadores (utiliza un tono de darse importancia)». «Es algo que es muy triste, porque realmente estas personas no saben qué es lo que hay detrás». «Modista es lo que pone en el diccionario de la lengua», insistió. «Modisto no existe, igual que no existe ‘periodisto’». «Hay quien piensa que ser un diseñador de moda es ir en un súperyate, entre ríos de champán, con toneladas de modelos guapos. Y no es así».

SOBRE LOS DESFILES

Dice Caprile: «En España hay una enfermedad gravísima que se llama ‘desfilitis’. Puede ser letal. Parece que nuestro oficio sea montar un desfile. ¿Y después? ¿Piensan que va a bajar Madame Vionnet y los va a coronar? Un desfile no es nada. Es una herramienta de promoción y la vida empieza después. Lo importante es que la gente te compre, que puedas servir los modelos a tiempo... Llamar la atención en la moda es muy fácil».

"Parece que nuestro oficio sea montar un desfile. ¿Y después, qué? ¿Piensan que va a bajar Madame Vionnet y los va a coronar?"

SOBRE LA CREATIVIDAD

«Para mí la creatividad es inventarme cinco vestiditos ideales – ideales–, que se vendan como churros. Y que en una semana haya vendido 5.000. Vestidos con cuatro cortes, dos detallines y que quiten diez años y diez kilos, que es lo que queréis todas. Eso es lo realmente creativo. Lo demás es poner a uno medio en pelotas con un traje lleno de plumas y un taparrabos de ‘pailletes’ con el ojo morado. Y además es que eso ya no llama la atención».

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