en la última

Juan Manuel Prada: "La catalana es más sentimental que otras mujeres españolas"

Nacido en Baracaldo en 1970, ganador del Planeta y del Biblioteca Breve de novela, publica ‘Lucía en la noche’ (Espasa), una narración de intriga.

Juan Manuel de Prada
Prada habló en Zaragoza de su novela ‘Lucía en la noche’
Oliver Duch

‘Lucía en la noche’ es una novela de intriga, de investigación y de análisis de la sociedad actual, que se basa también en el mito de Orfeo y Eurídice. Es la historia de una fascinación y de una desaparición tras un accidente", dice Juan Manuel de Prada, que recupera en su nueva ficción a su ‘alter ego’ Alejandro Ballesteros.

Este libro aborda la motivación de la escritura. ¿Sigue siendo la mujer, la musa, uno de los elementos más determinantes?

Para mí siempre lo ha sido, la verdad. Ya sé que esto queda muy anticuado hoy en día porque vivimos en una época cínica y se niega, en primer lugar, el origen sobrenatural de la inspiración, y luego se niega la encarnación de esa inspiración en seres de carne y hueso. La belleza encarnada, o lo que tú percibes como belleza, era inspiradora para el artista…

¿Cuál es su caso?

Y yo esto sí lo he experimentado como una transformación profunda con mi segunda mujer. Después de cinco años sin escribir, volví a escribir gracias a ella.

¿Existe la crisis de escritor?

Sí, claro. Existe. Otra cosa es que quienes hemos desarrollado el hábito profesional lo disimulamos mejor. Me tiré cinco años sin escribir un libro de creación, solo hacía los artículos que me obligaba a escribir en ‘Abc’. El que no tiene oficio se queda hundido en la miseria, se deprime y se convierte en un guiñapo.

¿Qué le debe al cine y a ‘Vértigo. De entre los muertos’?

Desde niño quise escribir una novela que fuera como un homenaje a Alfred Hitchcock, que siempre fue un director, aunque quizá no sea el que más me gusta en un sentido global como artista, que excitaba mi inteligencia. Me tenía en vilo con sus historias.

¿Sería Lucía una suerte de Kim Novak, la protagonista?

La historia germinal de ‘Lucía en la noche’ es una persona a la que conocí en un país lejano. Queriendo hacer un bien, para ayudar a otros, se vio involucrada en un lío terrible que destruyó su vida por completo. Tuvo que vivir escondida desde entonces. Y cambiar de identidad y demás.

Alejandro Ballesteros reaparece. ¿Qué le debe a este personaje, qué tiene de usted y en qué medida se proyecta en él?

Ha protagonizado novelas mías muy distintas: ‘La tempestad’ (1997), con la que gané el Planeta, y ‘Mirlo blanco, cisne negro’, que no se parecen en nada. Es un personaje contenedor que interpreta historias que yo no he podido vivir o que, por el contrario, quiero exorcizar porque no quiero sufrir. Aquí, esas historias tienen más que ver con un Prada treintañero, o veinteañero, pero luego tiene otros muchos rasgos que no son míos.

Ha sido crítico con la autoficción, pero en esta novela ¿no practica un género próximo?

No, no, yo considero abusivo decir esto. Lo que cuento ahí, al margen de que yo también fui una persona que traicionó su vocación o que entró en una espiral autodestructiva de la que me sacó una mujer, tiene poco que ver conmigo, aunque uno desea dejar su aportación personal, la huella de su madurez, su mirada.

Usted es vasco, formado en Salamanca y vive en Madrid, ¿por qué lleva la acción a Cataluña?

Cataluña está muy ligada a mi biografía porque todas mis primeras novias fueron catalanas. Las dos primeras mujeres con las que me inicié, más en el amor que en sexo, aunque de todo hubo, con las que tuve una relación seria y continuada, fueron catalanas. Hablo de una época en la que yo viajaba mucho a Cataluña; fue cuando se produjo el descubrimiento de la escritora Ana María Martínez Sagi, a la que le dediqué el libro ‘Las esquinas del aire’.

¿Se atreve a hacer un retrato de las mujeres catalanas?

Ja ja ja. Los catalanes en general son un pueblo muy sentimental bajo esa coraza de pragmatismo. La mujer catalana es mucho más cariñosa y afectiva, más sentimental, y a veces más práctica, con una inteligencia más ceñida a las realidades concretas, de lo que puedan ser otras mujeres españolas. Por lo regular no se capta bien la naturaleza del catalán. Desde ese período aprendí a admirar y amar la cultura catalana.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión