Metáforas

Para un viajero del tiempo revelar su condición puede ser peligroso.
Para un viajero del tiempo revelar su condición puede ser peligroso.
Atienza / Efe

En el vídeo se ve cómo el camarero, Julián, sorprende a José Ángel yéndose del bufé con una fiambrera llena de croquetas. Después, José Ángel se presenta a Julián como un viajero del tiempo venido del futuro, un futuro en el que solo se sabe de la existencia de las croquetas por la Historia cultural que el mismo José Ángel practica. Entonces, a solas, Julián le dice a José Ángel que una cosica te voy a decir, maño, que no te sepa malo. A la postre, la cosica no será una, sino cuatro. La primera, que qué mala excusa, eso de que José Ángel viaja en el tiempo. La segunda, que José Ángel toma a Julián por persona de lerda condición. La tercera, que José Ángel se va a reír de su señora madre. Y la cuarta, que Julián le va a dejar a José Ángel la cara como un mapa, de las leches que le va a apretar.

José Ángel responde a Julián con elegancia, precisando que, conforme al inviolable código de los viajeros en el tiempo, quien confiesa esta condición, lejos de mofarse, muestra una confianza que solo se rinde a las personas de la más alta estima. Y aclara José Ángel, además, que lamenta no comprender bien lo que le dice Julián, ya que en la lengua española del futuro no existen metáforas como la graciosa ‘reírse de la señora madre’, la cartográfica ‘dejar la cara como un mapa’ y la pecuaria ‘apretar leches’.

Oídas estas finas razones, Julián le dice a José Ángel que le va a hacer tragar las croquetas de golpe, una detrás otra. Sin perder la calma, José Ángel le hace caer en la cuenta a Julián de que su propósito es inviable, ya que, una de dos, o bien las croquetas son engullidas de golpe, de un solo bocado, o bien son deglutidas una tras otra. Julián coge entonces la fiambrera de José Ángel, la abre y la arroja al suelo. Ruedan y se despanzurran las croquetas. Al instante, el camarero tira de la pechera del viajero, arrastrándolo a comer del suelo, hasta que lo deje, dice Julián, como los chorros del oro, con la lengua. Otra metáfora que José Ángel desconoce. Continuará.

jusoz@unizar.es