El patrimonio europeo que permanecía escondido hasta que llegó el calor

Las altas temperaturas de este verano han provocado sequías e incendios por todo el continente que han revelado patrimonio y vestigios históricos ocultos.

La marca del jardín que ocupó esta superficie ha reaparecido por la sequía en Inglaterra.
La marca del jardín que ocupó esta superficie ha reaparecido por la sequía en Inglaterra.
Lancashire Museums

La ola de calor de este verano ha afectado a todo el continente llegando a provocar incendios en el Círculo Polar Ártico y temperaturas tan altas en Lisboa como las del Valle de la Muerte estadounidense. Sin embargo, esta inusual situación ha tenido otro efecto inesperado: la aparición por toda Europa de un patrimonio cultural e histórico que permanecía en el olvido.

La falta de precipitaciones que ha acompañado al calor ha provocado que el césped de media Europa entre en estado de latencia y amarillee, revelando cómo eran los jardines que precedieron a los actuales y algunos otros detalles del pasado.

Este es el caso del jardín victoriano del palacio rural de Gawthorpe Hall, en Inglaterra, cuyo trazado ha sido desvelado con toda claridad por la ola de calor. La gerente del museo, Rachel Pollitt, contó a la CNN que no es la primera vez que aparece este "jardín fantasma", pero que en esta ocasión el resultado ha sido "increíble" y que ha llegado a mostrar estructuras que "no habíamos visto nunca, probablemente de otros jardines anteriores", afirmó.

Alerta para pilotos

Un caso similar ha ocurrido en Irlanda, aunque con un origen más dramático. El incendio que ha asolado la montaña Bray Head, situada al norte del país, ha dejado al descubierto una gran señal: ‘IRE’. Según el Irish Air Corps –el equivalente irlandés al Ejército del Aire–, estas tres letras son parte de la señal ‘Éire 8’ (Irlanda 8), que se escarbó en la tierra durante la Segunda Guerra Mundial para alertar a los pilotos aliados de que se encontraban sobre Irlanda.

Muchas de estas señales siguen siendo visibles hoy en día y algunas de ellas han sido restauradas, pero ‘Éire 8’ había sido olvidada tras haber sido cubierta por la vegetación del lugar.

Los ejemplos se suceden a lo largo de toda Europa: el bajo nivel del río Elba, en Alemania, hasacado a la luz hasta 24 artefactos explosivos de la Segunda Guerra mundial –el doble que el año pasado– y se espera que este número aumente en los próximos días. También en Irlanda un aficionado a los drones descubrió en un campo de cultivo la enorme marca de un monumento del Neolítico cercano a otro yacimiento. Se trata de un círculo de casi 200 metros de diámetro, que desaparecerá tras la cosecha. O al menos, hasta que vuelva otra ola de calor.

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