Familiares y admiradores de Scola celebran una "fiesta" de despedida

El homenaje se celebró ante el ataúd de Scola envuelto en ramos de flores y arropado por las banderas de la región de Campania.

Ettore Scola en el festival de cine de Roma.
Ettore Scola en el festival de cine de Roma.
Afp

Familiares y amantes del cine de todas partes del mundo rindieron el viernes homenaje al director Ettore Scola, fallecido el 20 de enero, en una ceremonia celebrada en Roma que se convirtió en una "fiesta" de adiós, en la que no faltaron las risas y los aplausos. Cientos de personas participaron en un multitudinario y emotivo acto que se celebró en la terraza de la Casa del Cine, en el parque de Villa Borghese de la capital italiana, y dieron su adiós a quien es reconocido como uno de los referentes internacionales en el mundo del celuloide.


"Esta es la tarde que habría querido Ettore, rodeado de tanta gente corriente, porque si algo le hizo grande fue poner la humanidad en el centro de su filmes", confesó con voz entrecortada y visiblemente emocionado el director artístico del Festival de Bari, Felice Laudadio, encargado de moderar el acto.


Junto con Laudadio, en un improvisado escenario levantado para la ocasión, intervinieron también los directores Giuseppe Tornatore, Carlo Verdone y el exalcalde de Roma, escritor y documentalista de cine, Walter Veltroni. El homenaje se celebró ante el ataúd de Scola envuelto en ramos de flores y arropado por las banderas de la región de Campania (sur) y del Ayuntamiento de Trevico, donde nació el director.


"¿Qué son estas caras de funeral?", exclamó una de las hijas de Scola, Silvia, que dijo a los presentes que "hay que reír y bromear", parafraseando el título del documental "Ridendo e scherzando" ("Riendo y bromeando"), en el que ella y su hermana Paola rinden homenaje a su padre.


Este documental es una revisión del cine de Scola contado por él en primera persona y llegará a las salas italianas el próximo primero febrero, confirmó Laudadio en la ceremonia. Su viuda, Gigliola Scola, que consoló a los asistentes con sonrisas, besos y abrazos, pidió brindar por el director y agradeció "el calor recibido estos días" que le ha dado "tanta fuerza".


El primer ministro italiano, Matteo Renzi, acudió por la mañana a la capilla ardiente que se ha instalado en Roma y a su salida dijo ante los medios que el cineasta fue "un grandísimo italiano que ha marcado la vida de enteras generaciones". A la capilla ardiente también se acercó el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.


Nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, en la sureña provincia de Avelino, Scola se mudó de niño a Roma con su familia, donde se matriculó más tarde en la Facultad de Derecho, aunque su destino no era el mundo de los tribunales. Su carrera y su vida estuvieron marcadas por una voluntad civil, política y social que le llevó a formar parte del gobierno en la sombra del Partido Comunista Italiano en 1989 como ministro de Cultura.


En el cine, narró la Italia que se desprendía del fascismo a través de un lenguaje capaz de caracterizar y dar voz a intelectuales de izquierda, comerciantes, homosexuales, amas de casa y militares comunistas. Inició su carrera en la gran pantalla como guionista en filmes de Ruggero Maccari o Mario Mattoli, y en 1964 debutó como director con la cinta "Se permettete parliamo di donne" ("Si me permiten hablamos de mujeres"), interpretada por Vittorio Gassman (1922-2000).


En los años setenta, filmó "Brutti, sporchi e cattivi" ("Feos, sucios y malos"), una comedia amarga que retrataba la periferia marginada de Roma y en la que iba a colaborar el cineasta y artista Pier Paolo Pasolini, asesinado en 1975. Por esa cinta, Scola recibió en 1976 el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes.


Ya considerado un autor de prestigio, en los ochenta rodó otros filmes memorables, como "La terrazza", "Ballando ballando", "La famiglia", "Il mondo nuovo", "Splendor", "La cena" o "Romanzo di un giovane povero". De 2001 es la cinta "Concorrenza sleale", mientras que en 2003 rodó "Gente di Roma" y en 2013 "Che strano chiamarsi Federico", un documental dedicado a su amigo y mentor Federico Fellini (1920-1993).


En esos años, sin embargo, este director de 41 películas anunció que no haría cine mientras el exprimer ministro Silvio Berlusconi (que encabezó varios gobiernos entre 2001 y 2011) estuviera en el poder.

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