Si la cultura es una frágil membrana, parece evidente que necesita cómplices, empresas que entiendan que la creación es necesaria. Por eso se ha incluido este premio: para reconocer a los que están ahí, con entusiasmo, y que ayudan a que una función, un álbum, un concierto o un libro llegue en las mejores condiciones al público.

El mejor ejemplo de este apoyo incondicional es La Zaragozana. La fábrica cervecera está dando soporte a incontables iniciativas culturales. El motivo: creen ciegamente en el talento de la tierra. "Hay un sustrato muy potente y arraigado de artistas que están despuntando", comenta Enrique Torguet, director de Marketing de La Zaragozana. Desde la marca opinan que es algo recíproco: "Apoyamos a los que lo necesitan porque también les necesitamos a ellos". Y es que si algo está vinculado al buen vivir es el consumo de cerveza. De ahí que los conciertos, festivales y salas de música más importantes de la comunidad tengan sello Ambar.

Entre otros, convocan un premio para grupos emergentes, el Ambar Z Music, dan apoyo a cineastas como Paula Ortiz o a películas como Bendita Calamidad; difunden el trabajo de artistas como Amaral, Bunbury o el diseñador Isidro Ferrer, que ha puesto sus ilustraciones en las etiquetas de las botellas. Patrocinan el teatro de Las Esquinas, el Zaragoza Comedy, el Salón del Cómic y numerosas iniciativas de arte urbano como el Festival Asalto. Un no acabar que les hace dignos merecedores de este galardón.

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