Irene Val y Estela Puyuelo convierten los detalles de la naturaleza en arte

Ramas de árboles de sus excursiones al Pirineo, piedras de sus viajes a Perú o conchas de sus vacaciones en Cerdeña son algunos de los elementos que Irene Val ha convertido en protagonistas de su obra, elevándolos a la categoría de arte, en lo que ella ha bautizado como ‘minimalismo orgánico’. Cuadros y esculturas en torno a pequeños detalles naturales y que se acompañan de la micropoemas escritos por Estela Puyuelo en la exposición ‘Minimal Natura’ que hasta el día 15 de octubre puede verse en el centro cultural del Matadero.

La muestra se convierte en una oda al ecologismo, a lo natural, que se tinta también de un significado metafórico para referirse a lo esencial y necesario. Ese es el objetivo de ese ‘minimalismo orgánico’ acuñado por Val, el de darle una nueva vida a los regalos de la naturaleza, pero sin artificios, en líneas puras, con los colores neutros como protagonistas. “Es algo así como la poesía de Juan Ramón Jiménez. Clara, desnuda, pero en este caso convertida en cuadros y esculturas”, explica Puyuelo.

Irene Val, sorda desde los dos años, estudió a Arquitectura pero siempre tuvo muy presente su amor por el arte y la naturaleza, que le llevo a convertirse en una gran aficionada al montañismo. Precisamente fue a raíz de esa pasión por lo que conoció a Estela Puyuelo, también oscense, a la que mostró algunos de los cuadros que desde el año 2010 lleva realizando con los objetos recopilados en sus viajes, a los que Puyuelo sintió la necesidad de poner también palabras con sus poseías. Esta amistad fue la semilla de la exposición que ahora se puede ver en el centro cultural del Matadero, y que ya se ha mostrado en Logroño o en la localidad pirenaica de Yésero el pasado verano. “Nos hace especial ilusión exponer aquí, al ser nuestra ciudad”, dice Puyuelo.

La muestra se divide en tres apartados, como explican sus autoras, todos de gran simbolismo. El primero se enfoca hacia el ‘descender’, protagonizado por elementos marinos, y que representa algo así como una vuelta a los orígenes interiores de cada persona. En el mismo espacio, el sentimiento opuesto, el de ‘ascender’, representado por un árbol compuesto de pequeños cuadros, que transmite la idea de sueños e ilusiones. En el otro extremo, y en forma de esculturas, la parte dedicada a ‘mantenerse’, con la que se expresa el momento actual de cada persona.

‘Minimal Nature’ puede verse en la sala exterior del centro cultural del Matadero hasta el día 15 de octubre en horario de 19.00 a 21.00.