Miguel Ángel Tapia: "Tenemos, quizá, la mejor sala sinfónica de Europa"

El director del Auditorio de Zaragoza pide que se considere poner al edificio el nombre de la soprano aragonesa Pilar Lorengar

Miguel Ángel Tapia.
Miguel Ángel Tapia: "Tenemos, quizá, la mejor sala sinfónica de Europa"
Asier Alcorta

¿Cómo vivió las obras del Auditorio?

Con ilusión, pero también preocupado. Fue un empeño de García-Nieto (concejal de Urbanismo), una apuesta en la que casi nadie creía. 


Costó mucho más de lo que se pensó en un principio. 

En ese tema yo no entro, pero hay que tener claro que un auditorio vale lo que vale. Solo digo que aquí han estado muchos estudios de arquitectura, como el de Norman Foster, tomando medidas y estudiando los materiales para intentar reproducir en sus proyectos la acústica de la sala Mozart. También estuvo el equipo del Lincoln Center, u otros muchos. Esa calidad tiene un precio.


¿No habría sido mejor que el edificio se hubiera diseñado para albergar representaciones de ópera?

Yo era de los que querían que el Auditorio hubiera estado preparado para la ópera. Como la ciudad no tenía orquesta sinfónica, en aquel momento era más útil levantar un teatro moderno, con capacidad para representar ballet y ópera, que un auditorio. Con todo, si se hubiera hecho así, hubiéramos perdido la oportunidad de ser, como somos ahora, la mejor sala sinfónica de Europa. Y, si no somos la mejor, estamos seguro entre las diez mejores, no de Europa, sino del mundo. 


¿Qué es lo que más le gusta del edificio?

Tiene algo fundamental, y es que desde que se puso la primera piedra el arquitecto ha estado en permanente contacto con los músicos. Yo he tenido la suerte de trabajar con José Manuel Pérez Latorre desde el primer día y contarle las cosas que de verdad le interesan a un músico profesional. Por eso el auditorio posee cosas aparentemente sencillas pero que muy pocos tienen: que los músicos no tienen que subir ni bajar escaleras, que en los camerinos hay espacio suficiente y están a apenas diez metros del escenario... Además, es bellísimo. 


Por cierto, el edificio nació sin ‘apellido’, y a la sala más noble se le puso el nombre de un genio de la música sin relación con Aragón, Mozart. ¿No hubiera sido mejor ponerle el nombre de un músico aragonés?

Estos días, preparando la celebración del vigésimo aniversario del Auditorio, y viendo ya que mi etapa como director técnico y artístico se cierra, he pensado que sí, que sería bueno que tuviera un ‘apellido’. Me gustaría que el Ayuntamiento tomara en consideración ponerle el nombre de la mejor cantante lírica que hemos tenido en Aragón, Pilar Lorengar. Creo que sería muy bien acogido por los aragoneses. 


Es famosa la anécdota de que, para convencer a Maurizio Pollini de que viniera a tocar a Zaragoza, le dijo que estaba dispuesto a encadenarse si no lo hacía. ¿Qué artistas se le han resistido?

Clásicos, ninguno, aunque la verdad es que tanto Pollini como la Filarmónica de Berlín fueron muy difíciles de traer. El único que no he podido traer pertenece al campo del jazz:Keith Jarrett. Pero ha sido mala suerte:cuando él podía, nosotros no; y viceversa. 


¿Tiene el Auditorio todavía la etiqueta de elitista?

No la ha tenido nunca. Lo del elitismo es pura demagogia. En el Auditorio han convivido lo popular, que no lo populachero, con lo minoritario. Siempre hemos intentado atraer a nuevos públicos. 


¿Qué le falta y qué le sobra?

Sobrarle, creo que nada. Quizá falte un poco de conciencia colectiva entre los aragoneses. Todos deberíamos ser más conscientes de que la música clásica, en la que Aragón ha gastado siempre poco, no es un gasto, sino una inversión.