El "elogio a la fragilidad humana" de los Dardenne arranca los primeros aplausos en la Seminci

La película ‘Dos días y una noche’, dirigida por los hermanos belgas, inauguró ayer el 59 festival de cine internacional de Valladolid

El "elogio a la fragilidad humana", además del canto a la solidaridad, que los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne hacen en ‘Dos días y una noche’, arrancó los primeros aplausos del público de la 59 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que se inaugura este sábado con la propuesta de los hermanos belgas. 


La producción, interpretada por la afamada Marian Cotillard, a la que quisieron hacer médico, en un guión inicial, para convertirla luego en trabajadora, y a la que han buscado dar "otro cuerpo y otra imagen", lejos de su condición de estrella e imagen de distintas firmas, ahonda en la "fragilidad" de Sandra, una joven mujer víctima de una depresión que, cuando va a incorporarse a su puesto de trabajo después de cuatro meses de parón, se encuentra con que su empleo peligra frente a la promesa de una prima de 1.000 euros a sus compañeros por parte de su jefe.


De este modo, en dos días y una noche Sandra, acompañada y empujada por de su marido Manu, visita uno por uno a sus compañeros para, al menos, conseguir el apoyo de nueve de ellos a su empleo, con lo que supone: que ellos, trabajadores pluriempleados y con familias a las que sacar adelante, renuncien a mil euros para que ella se reincorpore a la empresa. 


El "flechazo cinematográfico" entre los Dardenne y Marion Cotillard, que se mantuvo pese al paso de médico a obrera, lo que no importó a la actriz, se traduce, según los directores, en ‘Dos días y una noche’, una historia de amor y de relaciones humanas que traslada al espectador una realidad actual: la de la supervivencia entre los trabajadores, que con múltiples necesidades tienen que elegir entre el puesto de trabajo de su compañera, quien quiere volver tras cuatro meses de baja, y la prima prometida por el jefe. "Es una película que cuenta que la solidaridad es mejor que la no solidaridad", explicó Jean Pierre Dardenne.