¿Quién rechazaría una obra de Sorolla?

Durante los últimos 40 años, más de 115 obras de indudable interés y valor han salido de las salas de exposición permanente del Museo de Bellas Artes de Zaragoza para ser –se supone– alojadas en los almacenes

"Camino de las cruces" de Verger, actualmente sin estar expuesto.
¿Quién rechazaría una obra de Sorolla?

El Museo de Bellas Artes de Zaragoza cambiará de director antes de que finalice 2014. El actual se jubila. Miguel Beltrán lleva 40 años en el cargo continuando la labor de su padre, Antonio Beltrán. ¿Quién lo sustituirá? 

El siguiente director puede ser un funcionario o funcionaria. ¿Con carrera y currículo como el actual? El museo precisa de alguien con criterio, conocimientos, objetivo y responsable en todo momento de sus decisiones. Nadie que dependa de nadie y menos, de un político en ejercicio. Un nombramiento de ese calibre demostraría lo poco que importa la cultura a nuestros mandatarios.


Los zaragozanos tienen derecho a saber qué guarda el Museo, cuáles son los fondos y dónde están. Es exigible saber qué ha sido de muchas de las obras que fueron ampliando la colección desde su fundación en 1835 y que hoy viven un olvido peligroso. El museo tiene un departamento de conservación. Se supone que todo estará en perfecto estado. Notables ausencias

Desde hace unos 25 años nadie puede ver las obras de Luis de Morales, Giaquinto, Lucas Jordán, Luis Menéndez, Gascón de Gotor, Sorolla, Zuloaga, Pinazo, Verger, Álvarez Salas, Pérez Villaamil, Rusiñol, Pelegrín, Lagunas o Baqué Ximénez, por citar algunos ejemplos. Artistas muy destacados. Y la presencia de otros, igualmente importantes, es muy parcial y desordenada: Haes, Baltasar González, Honorio Gacía Condoy y, sobre todo, Marín Bagüés, conservador, residente y director del museo. Su obra, en gran parte, fue adquirida por el alcalde Gómez Laguna para este lugar. La llegada de todas esas obras están documentadas. Fueron expuestas durante años. Hoy, no. ¿Deben primar los nombres aragoneses? Sí. Pero sin despreciar otros, insustituibles en el arte español.


La última ¿donación? y muy presente: ‘El infante don Luis de Borbón y Vallabriga’, obra de Goya, adquirida por Plaza por una suma que la justicia considera excesiva. Dicen que se pagaron 10 millones de euros pero los expertos lo valoran en poco más de dos millones. También resulta curioso que al ser presentado en el Museo del Prado llevara un marco diferente al que nos llegó a Zaragoza, a los pocos meses y tras ser restaurado y limpiado. ¿No podía haberse restaurado aquí? Además del marco, parece como si al infante le hubiesen ‘lavabo’ su cara. Está menos risueño.


Los actuales catálogos sirven de muy poco. En el dedicado a Goya (2009) no figuran las medidas de las obras publicadas en sus páginas y en el general (2003), la imagen del retrato de Feliciana Bayeu está invertida. En el índice no hay diferencia tipográfica entre las referencias literarias y las gráficas. Del 2003 al 2014 en ese museo ha caído un diluvio. Las cosas se complican aún más y aumentan las preocupaciones si se compara con el catálogo de 1976. De entonces hasta hoy son más de 115 las pinturas y esculturas que no están a la vista del visitante. En la zona de Antigüedad/Arqueología sucede algo parecido. ¿A dónde ha ido a parar ‘La defensa del púlpito de San Agustín’, obra de Cesar Álvarez Dumont? Me dicen que la llevaron a Madrid. ¿Y los otros óleos históricos relacionados o no con los Sitios? Por ejemplo, ‘El príncipe D. Carlos de Viana’, de Moreno Carbonero. En el catálogo de 2003 hay dos ‘cajones de sastre’. En la página. 34, de pasada, son citados algunos de los que no están en galería. En el Salón de Actos –‘puertas cerradas’– en sus paredes no está ni Sorolla, ni Álvarez Salas, ni Gascón de Gotor, ni Carlos Verger. Cuelgan los retratos de los presidentes de la Academia de San Luis. Por cierto, ¿por qué la obra de Verger ‘Camino de las Cruces’, presente en el museo desde hace más de 60 años, figura como depósito del Reina Sofía? ¿Y quién tiene o puede tener el retrato de Ramón y Cajal, obra de Sorolla, comprado por el Gobierno de Aragón para este museo? 


Que no se extrañen si Zaragoza da la espalda a su museo. Igual lo prefieren así.