La crisis no frena a los festivales aragoneses

La gratuidad de los conciertos o las actividades ayuda a que se mantenga la afluencia de público.

Tricotage en Espacio Pirineos
La crisis no frena a los festivales aragoneses
Esther Naval

Los vecinos aragoneses cuentan con una gran variedad de festivales, especialmente, en verano. Prueba de ello es que hay para todos los tipos de público, desde los festivales de música antigua como el de Daroca o el Camino de Santiago hasta los más modernos dedicados a la música del mundo como Pirineos Sur. Pero el sonido no es el único protagonista, por ejemplo, el festival grausino Nocte está centrado en las artes escénicas. En total, según las estimaciones del Ministerio de Educación, en Aragón existen unos 60 festivales.


Todos ellos son los que se han mantenido a pesar de la crisis. “Está siendo muy duro ya que las administraciones han tenido que recortar sus ayudas -aunque debemos estar agradecidos ya que sin ellas sería imposible que se llevaran a cabo- y conseguimos mantener la calidad con un enorme sacrificio desde los intérpretes hasta los organizadores”, explica Carmen Martínez Pierret, directora de los festivales Jazzetania y Pirineos Classic.


Martínez resalta el gran esfuerzo que están realizando los intérpretes, puesto que “están manteniendo unos cachés excesivamente razonables, e incluso, en algunas ocasiones los están bajando”. La misma opinión muestra Jorge Mur, encargado del festival Nocte. “La reducción de presupuesto que viene desde 2009 la estamos paliando con otros programas, el esfuerzo de los artistas y también con menos difusión”, sostiene.


En el caso del Frutos Festival, que se celebra cada año en Foz Calanda, “la posibilidad de continuación del evento la conseguimos gracias al esfuerzo de todos”. “Nosotros no contamos con ayudas públicas y entre los organizadores logramos que cada año salga adelante y que la plaza del pueblo esté llena durante los tres días que dura”, relata Marcos Llevot, uno de los organizadores.


Pese a todo, la gran mayoría de ellos han mantenido la afluencia de espectadores, e incluso, algunos de ellos consiguen atraer cada año a más asistentes. “A pesar de que llovió durante el último día, hemos conseguido unos 2.000 participantes, como el resto de años”, explica el técnico de cultura de la comarca de Jacetania, encargada del Festival de Música y Cultura Pirenaica. “El festival Camino de Santiago ya no puede crecer más, este año hemos estado al 95% de ocupación, en torno a los 3.200 espectadores y al realizarse en iglesias, el aforo no puede aumentar”, expone Juan José Javierre, técnico de cultura de la Diputación Provincial de Huesca (DPH).


Por su parte, Veruela Verano, Jazzetania y Monegros Dessert Festival son de los pocos que han conseguido aumentar su afluencia. “Este año hemos pasado de 7.000 a 7.500 visitantes, una tendencia que llevamos teniendo desde que hace tres años decidimos darle una vuelta y hacerlo más familiar, por ejemplo, este año los conciertos de Los Secretos e India Martínez han superado todas las expectativas con personas que se quedaron sin entrada”, sostiene José María Moreno, director del Área de Cultura de la DPZ. Un incremento similar es el que ha sufrido Monegros, que al volver a sus orígenes de 'rave' han conseguido 1.000 visitantes más, llegando a los 42.000.

Los eventos gratuitos, los más demandados

Muchos de los espectáculos que ofertan estos festivales son gratuitos y esta ha sido una de las claves de su continuidad. Por ejemplo, Pirineos Sur, organizado a través de la DPH, ha mantenido su afluencia, aunque con ligeros cambios. “En total ha venido la misma gente, unos 50.000, sin embargo, estaban distribuidos de manera diferente, había menos personas en los conciertos y más en los llamados 'Días de Sur', que son gratuitos”, sostiene Javierre.

Algunos se han quedado en el camino

Pero no todos los festivales han aguantado el empuje de la crisis y se han quedado por el camino. Un ejemplo es el de Luna Lunera, que hace cuatro años vivió su última edición. El Festival Castillo de Valderrobres también se encuentra en el aire, ya que este desde hace tres años no se celebra. "En un principo estaba financiado por el Gobierno de Aragón, sin embargo, al empezar la crisis está financiación se fue reduciendo hasta que en 2010 no quedó nada", relata Carlos Luis Bone, alcalde de Valderrobres. 


El edil explica que realizaron una nueva edición en 2011, costeada por el ayuntamiento, "sin embargo, vimos que era imposible y preferimos suspenderlo a desprestigiarlo". "Quizá cuando vuelvan tiempos mejores se puede recuperar como ya ocurrió hace años", declara.