Una caja que contiene las mil y una noches

Durante todo el mes de abril la Sala de Exposiciones del Centro de Artesanía de Aragón acogerá más de sesenta piezas de arte persa.

Maravillas de Isfahán
Escena de las mil y una noches

Las mil y una noches caben en una caja de tan solo 4 centímetros, más pequeña que la palma de una mano. En este caso, la obra pertenece al artesano persa Reza Baharlou, miniaturista de Isfahán (Irán) capaz de capturar cuentos e instantes de la vida cotidiana de su pueblo en cualquier pieza, por pequeña que sea.


Se trata de una de las miniaturas que formará parte de la exposición 'Maravillas de Isfahán', que reunirá en la Sala de Exposiciones del Centro de Artesanía de Aragón desde este martes y hasta el 30 de abril más de 60 piezas de tres artesanos persas procedentes de la ciudad de Isfahán.


Isfahán fue cuna del arte islámico, afamada durante siglos por su arquitectura, sus mosaicos de cerámica y por sus miniaturas, que han sido capaces de permanecer intactas con el paso del tiempo y de conservar esta tradición artesana a través de generaciones. Así lo explica Reza Baharlou, miniaturista nacido en 1977 en una familia de artesanos de Isfahán que aprendió el oficio a las 14 años. "Este arte se caracteriza por la reproducción de dibujos e ilustraciones de cuentos y libros antiguos así como de mosaicos, esmaltes sobre cobre y jarrones y taraceas, es decir, combinaciones de materiales como cobre, ébano, maderas nobles y hueso de camello", explica el artesano.


Esta artesanía se basa en una metodología muy tradicional basada en la utilización de pigmentos naturales, sobre todo vegetales y minerales, en los que las tonalidades azules parecen invadirlo todo. "Usamos materiales como el azafrán, el lapislázuli, el turquesa iraní, resina de nogal o almíbar", explica Baharlou, que trabaja sobre piezas de hueso de camello, hechas también a mano y pintadas con un pincel de pelo de gato extremadamente fino. "Tanto las miniaturas como los colores son de fabricación artesanal".


Para Baharlou la clave de su obra radica en "la paz interior", que resulta imprescindible para ser capaz de transmitirla y plasmarla en su trabajo. En el caso de las miniaturas, su valor oscila entre los 70 y los 200 euros, según el artista "un precio nada elevado para el trabajo que conllevan", ya que, tan solo una caja puede lelvarle tres días de trabajo.