Dice el director y guionista Tirso Calero que "al final, el amor lo sustenta todo". O, al menos, ese es el mensaje que intenta transmitir en su nueva obra: 'Love Room', una comedia romántica, protagonizada por Paula Prendes y Jorge Monge, que llega este viernes a la capital aragonesa dispuesta a conquistar al público zaragozano.

De la televisión... al teatro. ¿Qué motiva ese cambio?

Quería probar un lenguaje distinto y hacerlo con una historia que más o menos pudiera dominar. Así que he optado por un relato intimista con dos actores, cuya labor es junto al guión lo que hace especial esta obra. 

¿Tuvo claro que fueran ellos desde el principio?

Paula Prendes siempre fue mi primera opción, porque estaba trabajando con ella en la serie 'Gran Reserva: el origen' y la verdad es que fue todo muy fácil. La gente queda impresionada con el trabajo de ambos porque parecen una pareja real: no se conocían entre sí y han logrado una química impresionante. Es uno de los grandes hallazgos de la obra. 

¿Qué es lo que más valora de este género?

Una función de teatro te dispara la adrenalina, y eso es algo que yo solo había sentido cuando estaba en programas en directo. Le ocurrirá lo mismo a un músico: aunque ilusione, no es lo mismo la grabación de un disco que un concierto. La reacción inmediata del público ante lo que tú estás contando es, sin duda, lo más grande.

¿Es también un reto profesional?

Sí, de alguna manera, muchos directores de cine alternan con el teatro porque da para corregir errores, estar más atento, buscar nuevos caminos y matices. Trabajar en televisión te da una proyección que no consigues con el cine ni el teatro. Un capítulo de la serie 'Amar es para siempre' es seguido cada día por dos millones de personas. Nunca haríamos una obra de teatro que atrajera a tantos. Sin embargo, el teatro tiene una parte muy interesante y es que la función esta viva. Cada noche es una obra distinta, no es una cosa enlatada como la televisión o el cine.

¿Qué destacaría de 'Love Room' para quienes no la han visto todavía?

Creo que es una comedia romántica con la que todo el mundo se sentirá identificado. Una historia de amor contada en cinco encuentros que tienen lugar en la misma habitación de hotel.

¿Se inspira en alguna vivencia personal?

En cierto modo, está inspirada en los romances de todos. Principalmente, en los años 60, se escribieron historias de amor preciosas, sencillas, que se quedaban con la gente, como la de Neil Simon, autor de la obra 'Descalzos por el parque'. Eran historias que no estaban basadas ni en efectos especiales ni en grandes presupuestos, obras donde lo importante es la historia y los actores; y de eso va 'Love Room'.

¿Por qué una comedia romántica?

Desde Shakespeare, el amor es un tema universal. Se le pueden dar vueltas y hablar del engaño, la pasión o el desamor... bien en un drama o en una comedia. Al final, el amor es un sentimiento que lo sustenta todo.

Zaragoza es una de las primeras ciudades a las que llega 'Love Room'. ¿Nervioso?

Un poco (risas). Esta es también la primera vez que se verá la obra en Aragón. Sé que ha ido bien en Madrid, pero siempre queda algo de incertidumbre. Sobre todo, en una comedia, se percibe enseguida el éxito o el fracaso. Si ves que la gente no ríe, eso se nota. El viernes veremos la reacción del público zaragozano... La verdad es que mi primer contacto con la ciudad fue hace unos meses, en el Festival de Cine de Zaragoza, con 'Blockbuster', y tengo que decir que fue muy positivo.

¿Le asusta la subida del IVA y el cierre de salas que enfrenta la profesión?

Personalmente, creo que el teatro -al contrario que el cine- vive una situación que no es tan mala. Es cierto que les ha perjudicado muchísimo el 21% de IVA -ha sido criminal-, pero últimamente está teniendo más espectadores que el séptimo arte. En mi opinión, el teatro todavía tiene muchas posibilidades para salir adelante.

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