Un vaquero pasado de rosca y un astronauta que se creía la gran estrella del lugar. Con estos dos personajes centrales, Woody y Buzz, comenzó una forma de entender la animación que dio un giro total a lo que se estaba haciendo hasta ese momento. Era 'Toy Story', corría el año 1995 y las películas de animación dejaron de ser lo mismo. Tanto cambiaron las cosas que incluso Disney decidió, después cómo ese estudio nacido hace 25 años de la mano de John Lasseter, Ed Catmull y Steve Jobs, comprar la compañía para evitar que hiciera más sangría en sus cuentas. Ahora Pixar es una división más del gigante del ocio. Y una de más rentables. Sus 14 largometrajes han conseguido 30 Oscar y 7 Globos de Oro.

La compañía decidió enseñar al mundo algunos de sus secretos en una exposición, 'Pixar. 25 años de animación', que ha recorrido medio mundo. Comenzó en el MoMa en 2005 y ha visitado Reino Unido, Japón, Australia, México, China, Italia, Alemania, Holanda, Francia y, ahora, el CaixaForum de Madrid donde se podrá visitar desde este jueves y hasta el 22 de junio. Una muestra de 402 piezas -dibujos, maquetas, vídeos, instalaciones y 'colorscripts'- que se han dividido en apartados dedicados a doce películas del recorrido. Esta distribución sí que es una novedad en Madrid. De esta manera, el espectador se puede introducir en el mundo Pixar. «Hace falta tres elementos para que el espectador permanezca en su butaca durante toda la película: los personajes, el mundo y la historia», explicó Elyse Klaidman, comisaria de la exposición y directora de Pixar University y del archivo del estudio.

«El mundo de la animación es especial, podemos crear universos imaginarios, pero estos tienen que ser creíbles», explicó la comisaria. En cuanto a los personajes, deben tener «emociones, deseos, anhelos y pasiones»; y la historia es la parte más importante. «Si no tienes una buena, ¿para qué vas a hacer una película de animación?», se preguntó Klaidman, quien desveló que los profesionales de Pixar dedican tres cuartas partes de la creación de la película a la historia. Idea original, un guión, un guión gráfico, un 'storyreels' -montaje preliminar con ilustraciones del 'storyboard', diálogos y música- y la construcción de la trama son algunas de las partes de 'Up', 'Toy Story', 'Ratatouille', 'Cars' o 'Buscando a Nemo' o las películas de 'Monstruos'. El visitante podrá descubrir todo ese proceso.

Por otra parte, la muestra reserva un espacio final a los cortometrajes de la compañía, tan alabados casi como las películas y donde muestran la evolución de la animación en las tres últimas décadas. Por último, se podrán visitar dos instalaciones curiosas. 'Artscape' permite a los visitantes vivir el proceso artístico de creación de las películas; 'Zoótropo' explica de una forma didáctica los principios básicos en los que está basada la animación.