Lydia Bosch regresa al cine con una de terror

La actriz llevaba más de una década sin aparecer en la gran pantalla.

Lydia Bosch en un fotograma de la película "La Hermandad"
Lydia Bosch en un fotograma de la película "La Hermandad"

Después de más de una década sin proyectos en el cine, Lydia Bosch regresa a la gran pantalla convertida en una escritora de novelas de misterio en "La hermandad", una película de terror ambientada en un monasterio benedictino con oscuros secretos.


"Es intriga y suspense con algo de terror, pero psicológico, nada 'gore' ni sangriento", subraya la actriz (El Prat de Llobregat, Barcelona, 1963), cuyo último trabajo cinematográfico, "You're the one", de José Luis Garci, le valió una nominación a los Goya.


Esta primera incursión en el cine de género y el hecho de hacerlo de la mano de un director novel, en este caso Julio Martí Zahonero, además de su carrera televisiva, sitúan a Bosch tras los pasos de la ya considerada musa española del terror, Belén Rueda.


"Ojalá que mi trabajo tenga la misma repercusión que el que ha tenido el de Belén Rueda en el cine", apunta la actriz, que reconoce que no es una gran espectadora de películas de terror. "Me angustio muchísimo; soy de las que grita y salgo con ansiedad del cine".


En la ficción, Lydia Bosch es Sara, una famosa novelista que sufre un accidente de tráfico y es acogida por unos extraños monjes que viven aislados, sin electricidad ni teléfono.


La película propone, en palabras de su director y guionista, "un viaje a lo desconocido, a algunos de los miedos ocultos que tenemos todos". Martí Zahonero no quiere desvelar muchos detalles, ya que el factor sorpresa es esencial.


Con un presupuesto de 3,7 millones de euros, "La hermandad" fue rodada, casi en su totalidad, en los estudios de la Ciudad de la Luz, en Alicante, mientras que los exteriores corresponden al monasterio de Santes Creus de Tarragona.


Pese a todo, Martí sabe lo difícil que es sacar adelante un proyecto en España en la actualidad. A él le ha costado trece años, desde que fue por primera vez con el guión debajo del brazo a llamar a las puertas de las productoras.


"Estrenar una película es enfrentarte a un huracán", afirma el director, después de que su opera prima haya sufrido varios retrasos hasta llegar por fin a la cartelera esta semana.


"Levantar un proyecto es una odisea absoluta, empezar a rodar es otra, postproducir otra y llegar a estrenar otra. Si sumas las cinco odiseas, es una aventura que te empiezas a pensar si es conveniente. Pero afortunadamente aún hay gente que cree en los sueños", señala.


Aunque el papel protagonista no estaba pensado para ninguna actriz en concreta, Martí está contento con la elección de Bosch. "Ha sido una satisfacción enorme trabajar con ella, estaba seguro de que iba a dar la nota 100 por 100, pero ha sido un regalo".


"Mi miedo era que el personaje aparece en el 98 % de los planos", apunta por su parte la actriz, y lograr "un abanico de gestos" con la graduación adecuada, el principal reto.


"Lo hicimos como si fuera una mesa de sonido, con un baremo del 1 al 10, y en cada secuencia, yo iba anotando en una libreta 'grado de angustia 4, grado de emoción 6', y así iba intentando tener la medida e ir 'in crescendo'", explica.


Para la banda sonora, compuesta por Arnau Bataller, el equipo ha contado con la orquesta del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, que participa por primera vez en una película