Exposiciones

La Lonja se enamora de Eduardo Laborda

A la inauguracion de la exposicion de La Lonja de Eduardo Laborda acudieron 1578 personas, batiendo todos los récords. Nunca antes había asistido tanta gente a una inauguración de exposición.

Eduardo Laborda
La Lonja dedica una exposición al artista zaragozano Eduardo Laborda
JOSÉ MIGUEL MARCO

La Lonja acoge desde este viernes y hasta el 17 de noviembre la exposición 'Eduardo Laborda. Retrospectiva 1972-2013'. Esta muestra, dedicada a una de las figuras más importantes de las últimas décadas en el panorama zaragozano, recorre las diferentes etapas de artista. 


Eduardo Laborda se ha dedicado a pleno rendimiento durante los últimos 40 años a explorar diferentes actividades artísticas. Laborda ha ejercido en las últimas décadas de dibujante, pintor, grabador, coleccionista, cineasta, editor, comisario de exposiciones y escritor.


Sin embargo, la exposición se fija especialmente en su faceta plástica. Dos esculturas, quince dibujos y numerosas pinturas permiten recorrer los diferentes momentos de su trayectoria profesional, todos ellos marcados por una calidad plástica excepcional.


Las dos esculturas inician el recorrido por la retrospectiva, ya que en sus inicios intentó dedicarse a la escultura. Tras abandonar esa primera intención, se volcó en la pintura. El dibujo, que aparece en la última parte de la exposición, sirve en esta muestra para rendir un homenaje a personas muy vinculadas, personal y profesionalmente, a este gran artista.


Esta exposición, que se abre al público el día de comienzo de las Fiestas del Pilar, mantiene la tradición de contar con un artista aragonés de prestigio en La Lonja durante los días festivos. Ángel Aransay, Santiago Arranz, Pepe Cerdá y José Luis Cano han sido otros de los artistas que han estado presentes con su obra en La Lonja durante ediciones anteriores de las fiestas del Pilar.


El propio Eduardo Laborda realizará visitas guiadas durante el tiempo que se mantenga abierta la exposición para grupos de alumnos de Educación Secundaria. Los centros interesados en asistir a las visitas guiadas, deben llamar a La Lonja para concretar la fecha. 

Biografía

Eduardo Laborda Gil (Zaragoza, 1952) es uno de los artistas fundamentales en el panorama del arte zaragozano del último tercio del siglo XX y las dos primeras décadas del actual. Hijo de una familia humilde, y el menor de seis hermanos, contó con la entrega absoluta de su madre, Victorina Gil, que apoyó siempre las inclinaciones pequeño Eduardo por las artes plásticas.


En 1964 comienza a asistir a la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y frecuenta las salas del Museo Provincial, que le descubren la obra de Marín Bagüés y Luis Berdejo, referentes decisivos en los primeros años de su trayectoria.


En 1970 ingresa en la Escuela de Bellas Artes San Jorge de Barcelona y aprueba, como alumno libre, los cursos preparatorio y primero (mientras en 1971 conoce a la pintora Iris Lázaro, que luego será su esposa), pero la enseñanza que recibe no le satisface, de manera que en 1972 abandona los estudios y resuelve dedicarse profesionalmente a la pintura.


Desde finales de los años sesenta y durante la primera mitad de los setenta Eduardo pinta bodegones y paisajes urbanos de perfil tardoimpresionista. Poco a poco se inclina hacia un neocubismo.


Más tarde, se produce un brusco giro en su trayectoria, que a lo largo de casi un lustro le sumerge en la construcción de un mundo de abstracciones geométricas muy cercanas a la llamada escultopintura, aunque Laborda incorpora a sus obras esa exigente precisión técnica y esas extraordinarias y un tanto misteriosas sutilezas cromáticas que serán en lo sucesivo rasgos característicos de su pintura.


Durante los ochenta, Laborda pinta con estremecida fruición, rememorando acaso sus inolvidables querencias juveniles por los tebeos, la literatura y las películas de ciencia ficción. Desde mitad de los años ochenta, y a lo largo de toda la década siguiente, Eduardo se aplica a reinventar soberbia otra estatuaria clásica, decadente, que durante los últimos años noventa (mientras el pintor edita y dirige la revista Pasarela) se mezclarán con un intencionado repertorio de figuras, objetos e iconos novecentistas, configurando un singular universo simbolista.


Desde comienzos del siglo XXI retorna a la mitología, a los cuerpos reales de mujeres que vuelven a encarnar las figuras de las diosas más bellas y las musas más dulces.