Zaragoza

El aumento del IVA "ahoga" a las salas de conciertos

Las salas de concierto reclaman la vuelta al IVA reducido ya que la actual tasa del 21% hace que continúen tan solo "por amor al arte".

Un concierto en la Casa del Loco de Zaragoza
Un concierto en la Casa del Loco de Zaragoza
SLICK TRIO

Como la Wallace Hartley Band, la orquesta que viajó a bordo del Titanic, las salas de concierto de toda España siguen apostando por la música pese a estar al borde del naufragio. Y en Aragón, el ritmo no es distinto.


La subida del IVA cultural del 8 al 21% que aprobó el Gobierno en septiembre del año pasado "ha secado" los beneficios de este negocio, que si bien ya tenía mucho de vocacional, ha pasado a ser cosa de creyentes.


"En Aragón se sigue manteniendo una oferta muy buena y variada de conciertos gracias a la entrega de los propietarios", explica Joaquín Domínguez, coordinador de Aragón en Vivo, la principal asociación de salas de conciertos de Aragón, que ha visto como en los últimos años sus socios han ido menguando, de los 20 que llegó a tener a los 17 que registra actualmente.


"Antes muchas salas dejaban de dar conciertos y seguían con su actividad, ahora, la mayoría dejan de dar conciertos porque cierran directamente el negocio", comenta el coordinador, que señala que desde la subida del IVA un tercio de lo recaudado no llega directamente a la sala, lo que hace que los márgenes se acorten tanto que muchas veces toque acabar la noche en números rojos.


Y es que, según se afirma desde la asociación, los precios por los conciertos en las salas pequeñas de Zaragoza no se han movido en los últimos 4 años, quedándose en una horquilla de 8-10 euros que las salas han mantenido para no perder público a costa de trabajar con cada vez menos beneficio.


Para José Juste, dueño de 'La Bóveda', sala que se encuentra ubicada en la parte baja del Albergue de Zaragoza y que desde hace unos años apuesta por los conciertos de Jazz, "la actividad ha quedado reducida a los amantes de la música". Juste señala como especialmente dañina la distinción que se ha establecido para las salas de conciertos con respecto a las actividades turísticas, que disfrutan de un gravamen de solo el 10%. "Al final todo es ocio", argumenta el propietario, que asegura que las salas pequeñas al final viven únicamente de las recaudación de la barra, ya que el artista suele quedarse normalmente con el 80% de la taquilla.

Los datos de un sector trastocado

Según el último estudio de la asociación ProNoche, Plataforma Empresarial por el Turismo y el Ocio Nocturno, el consumo de bebidas alcohólicas de alta graduación -todo menos vino y cerveza- ha caído casi un 50% en los últimos cinco años, una caída del consumo a la que la subida de los impuestos sobre el alcohol tampoco ha ayudado.


Como resultado, un 18% de las salas de toda España han bajado la persiana definitivamente en el último lustro, una situación "no tan dramática en Aragón", según se explica desde el colectivo, ya que se ha mantenido la actividad contratando a grupos y músicos de menor caché.


"En Zaragoza hay una oferta media de unos 10 conciertos por fin de semana", explica Domínguez, que cree que es una cifra que habla muy bien del valor cultural de la ciudad pero que también hace que el público acabe sin decidirse por ninguno, creando un panorama de bajo rendimiento económico, en el que "no se gana dinero haciendo conciertos", sino que solo "se le da un valor añadido al bar".

Un minuto de silencio por la música

Ante esta situación, las salas de concierto de Aragón han optado por unirse a una campaña lanzada por la Alianza Empresarial por el Ocio y el Turismo que arrancará este 27 de julio con un minuto de silencio a las dos de la madrugada en todos los locales participantes.


Una propuesta que busca "salvar la música y la noche" y que tiene la intención de continuar todos los días 21 de cada mes con distintas acciones hasta que el IVA cultural sea reducido. El último cartucho de una actividad "vital para mantener una cultura rica, y que no solo responda a los números".