Bauhaus, el nuevo diseño es ya centenario

La Bauhaus, fundada en 1919 en Alemania y clausurada por los nazis, dio un vuelco al modo de concebir el mundo.

El edificio de la Escuela Bauhaus en Dessau, diseñado por Walter Gropius entre 1925 y 1932.
El edificio de la Escuela Bauhaus en Dessau, diseñado por Walter Gropius entre 1925 y 1932.
Vocento

Funcional, práctico y al servicio del pueblo. Cuando el movimiento artístico alemán Bauhaus vio la luz hace un siglo, su objetivo era fusionar las artes y oficios con el diseño industrial y las bellas artes para crear un nuevo estilo. Tuvo éxito: su legado se extiende por todo el planeta y ha servido, y sirve aún, de modelo a muchos profesionales creativos. Entre 1919 y 1933, la época dorada del movimiento, "un grupo de cabezas inspiradas creó cosas extraordinarias en la arquitectura, el arte, la danza, el diseño, la tipografía, pero también la fotografía y el cine", subrayó el presidente federal alemán, Frank Walter Steinmeier, con motivo del comienzo este viernes del año Bauhaus, dedicado a "uno de los mas importantes y mas extendidos productos culturales de Alemania". Sus formas y diseños "combatieron la ampulosidad de la época guillermina y se enfrentaron a la terrible destrucción y caos producto de la Primera Guerra Mundial", destacó Steinmeier, quien subrayó que Bauhaus sigue siendo hoy "un enorme recurso para la orientación del modernismo en el siglo XXI".

Weimar, Dessau y Berlín, sus tres sedes históricas, son las ciudades alemanas que concentran los eventos para celebrar a lo largo de todo 2019 el centenario de la más exitosa escuela del modernismo y punto de encuentro de grandes talentos y artistas excéntricos. Aunque la escuela solo funcionó durante 14 años, hasta que el nazismo acabó con ella por fomentar el llamado ‘arte degenerado’, sus 1.250 alumnos se encargaron posteriormente de difundir por todo el mundo un movimiento que perdura y sigue siendo tan influyente como el primer día.

Fundada sobre la base del llamado ‘Seminario de Artes y Oficios’ de Henry van der Velde, la escuela Bauhaus fue creada por Walter Gropius al fusionarse la Escuela de Artes y Oficios con la Escuela Superior de Bellas Artes de Weimar. Gropius, que asumió el taller de carpintería, consiguió ganarse para su inicitiva a creadores destacados como Lyonel Feininger para el departamento de artes gráficas o Georg Muche para sus telares. Josef Albers y Johannes Itten instruyeron en la creación de vidrieras, de la fundición y las labores metalúrgicas se ocuparon leyendas hoy como Laszlo Moholy-Nagy, Marianne Brandt o Alfred Arndt.

Vasili Kandinsky y Oskar Schlemmer, entre otros, formaron a los alumnos en la creación de frescos y otro genio de la pintura como Paul Klee asumió el taller de encuadernación. Mientras, Walter Peterhans daba clases de fotografía, Gerhard Marcks de cerámica y Lothar Schreyer de artes escénicas.

Sin embargo, el departamento estrella y el que mas huella ha dejado de Bauhaus era la escuela de arquitectura, con profesores como el propio Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Hannes Meyer y Adolf Meyer. Profesores que no daban clases en aulas como en las universidades, sino en talleres para que los alumnos aprendieran el manejo práctico de materiales y formas.

Un programa muy ambicioso

El programa de actos, con festivivales, conciertos, teatro y cine, debates y exposiciones es tan amplio –mas de 700 en once estados federados germanos– que los fanáticos del movimiento podrían verse embargados por el estrés si aspiran a no perderse nada. El pistoletazo de salida se produjo este viernes por cuenta de la Academia de las Artes de Berlín, con una exposición sobre quienes se situaron en la vanguardia del arte a principios del siglo XX. En abril y sptiembre está prevista la apertura o reapertura de tres grandes museos dedicados a la legendaria escuela en Berlín, Dessau y Weimar. Y todos los estados federados ofrecen giras para visitar los edificios clave de la arquitectura Bauhaus, repartidos por toda Alemania. Joyas de la arquitectura como la sede de la escuela de Dessau de Walter Gropius o la Neue Nationalgalerie en Berlín diseñada por Mies van der Rohe y que acaba de ser restaurada, medio siglo después de su construcción.

Bauhaus también cuenta con un sobresaliente legado de muebles de diseño, muchos en venta aún, como la silla Cantilever de Mart Stam, el sillón Barcelona de Mies van der Rohe o la butaca B3 de Marcel Lajos Breuer, alumno de la escuela que huyó de la Alemania nazi por su origen judío y acabó exiliado en Estados Unidos, donde levantó docenas de edificios públicos y privados. No fue el único. También Moholny-Nagy, Gropius, Albers o Mies van der Rohe escaparon al otro lado del Atlántico ante la amenaza de acabar encerrados en un campo de concentración. Y muchos alumnos de la escuela de origen judío emigraron a Israel y levantaron en ciudades como Tel Aviv, que cuenta con un museo Bauhaus propio, más de 4.000 edificios en las décadas de los 30, 40 y 50 del siglo pasado.

Frank Walter Steinmeier destacó la "relación interna" entre el movimiento artístico y la democracia y dijo que no fue casualidad que esa generación de artistas surgiera coincidiendo con el nacimiento de la primera república libre.

"Bauhaus necesitaba la libertad de la República de Weimar, a la que regaló a la vez una forma de expresión", señaló el presidente alemán.

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