Moon Ribas: "Tengo dos latidos: el del corazón y el de la Tierra"

Moon Ribas (Mataró, 1985) se implantó sensores en los pies que le transmiten los movimientos sísmicos. Bailará el próximo día 22 en Etopia.

La bailarina y creadora de vanguardia Moon Ribas.
La bailarina y creadora de vanguardia Moon Ribas.
Neil Harbisson

Estoy frente a un cíborg sin haber entrado en ‘Matrix’ ni haber viajado en un DeLorean...

Los artistas cíborg no concebimos la tecnología como una simple herramienta sino que la incorporamos a nuestros cuerpos. Yo llevo unos implantes en los pies que están conectados a sismógrafos y cada vez que hay un temblor en cualquier lugar del mundo siento una vibración. Es como un sentido más, algo que me hace sentir que el planeta se mueve.

Y esos movimientos los transforma en bailes.

Con esto intento desarrollar lo que llamo el sentido sísmico, la posibilidad de notar la vibración de las placas tectónicas en tiempo real y así sentir que el planeta está vivo. Cuando vibra el chip, mediante ondas magnéticas, lo transformo en baile y, en ocasiones, en percusión.

¿No le bastaba con hacer ballet?

La danza clásica nunca me ha llamado. Mi formación se centró más en las artes escénicas y el teatro. Después me interesé por el movimiento y estudié coreografía experimental en Inglaterra.

En las discotecas, ¿es inmune al reguetón?

¡Bailo trap, salsa y techno! Aunque sienta la vibración, no tengo por qué transmitirla todo el rato. Eso solo lo hago en las ‘performances’ y con un estilo conceptual y orgánico. Entonces, es la Tierra –y no los ‘djs’– la verdadera coreógrafa.

Imagino que de pequeña sentiría fascinación por la ciencia ficción.

Los robots y las máquinas nunca me interesaron mucho. Mi adolescencia fue más ‘hippie’, más próxima a la naturaleza y los derechos de los animales. Estaba en contra de la tecnología porque pensaba que nos alejaba del planeta, pero luego me di cuenta de que, al contrario, puede acercarnos.

¿Qué le pareció a su madre que se implantara un chip?

En la familia hay quienes lo ven como algo raro, pero también quienes lo entienden por mi interés por indagar en el movimiento. Además del de mi corazón propio, llevo dentro el latido del planeta y es la obra de arte que, por las ondas magnéticas, trato de exteriorizar en tiempo real.

Ser cíborg, ¿nunca le ha jugado una mala pasada, por ejemplo, al pitar en los aeropuertos?

No hasta la fecha.

¿Y qué siente ante una catástrofe natural?

La intensidad. Me encuentro incómoda y llego a sentirme mal. Puedo estar en mi casa pero a la vez muy lejos, allí donde está ocurriendo el terremoto.

¿La tecnología es neutra?

Claro. Depende del uso que se le dé. Un cuchillo también te sirve para cocinar o para matar. Yo trato de abordar la tecnología desde un punto de vista positivo para conseguir más empatía.

¿Vivimos de espaldas al planeta?

Siempre hemos transformado nuestro entorno para adaptarlo a nosotros mismos, y creo que debemos adaptarnos nosotros al planeta en el que vivimos.

¿Cómo recibe el público sus danzas? ¿Cómo reacciona al verla?

Hay quienes se emocionan, acaban llorando y me piden un abrazo, y otros que se ve que no han conectado. Sucede como con cualquier obra de arte. Depende de la persona y también del contexto. Creo que en los museos y espacios reducidos funciona mejor.

No sé si preguntarle por un próximo proyecto...

Quiero explorar la actividad sísmica de la Luna. Es otra manera de salir al espacio sin ser un astronauta. Puedo tener un pie en la Luna estando en la Tierra.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión