Gente corriente

'Gente corriente', la película dirigida por Robert Redford es una historia de personas que son como nosotros mismos.

Robert Redford, en la presentación del Festival de Sundance 2019.
Robert Redford, en la presentación del Festival de Sundance 2019.
George Frey / Efe

Ami padre le encantaba ‘El Golpe’, una película de estafadores con Paul Newman y Robert Redford. Cuando la descubrí me quedé enganchada, no por la historia, sino porque sus protagonistas estaban tremendos. Imagíneselos en 1973; y un poco más tarde a Redford como Bob Woodward, uno de los periodistas del Watergate que echó de la Casa Blanca a Nixon. ¡Cómo no iba a querer ser periodista!

Redford tiene 82 años y se retira, aunque su imagen la tenga parada en el tiempo. Lo hace con una última película en la que interpreta a un ladrón de categoría, con clase, que se revela en un homenaje a toda su carrera. Entre las muchas películas dirigidas por él está ‘Gente corriente’ (1980), una de esas cintas en las que parece que no pasa nada, pero son un terremoto emocional. El filme narra la vuelta a casa de un adolescente que ha visto morir a su hermano en una lancha. Pero lo que relata es la dramática ausencia de un ser querido desaparecido de manera trágica, y te atrapa de tal manera que te conviertes en uno de ellos. Personas que son nosotros mismos, con quienes vives su dolor, como los padres de Marta del Castillo, 10 años ya sin poder velar su muerte, ni cerrar el duelo; o sus hermanas, que han crecido con la obsesiva ausencia de los porqués. Son los de Anabel Segura, secuestrada al azar (1993), que nos conmocionó y mantuvo en vilo durante dos años y medio; o los del pequeño Julen, enganchados a nuestro corazón. Es sufrir un dolor que hacemos nuestro, porque nos puede pasar a cualquiera, porque son, como nosotros, gente corriente que mira de frente la vida.