Ricardo Igea se despide de los escenarios con un concierto en el Teatro de la Estación

El zaragozano llegó a vender 40.000 copias de su primer disco y seguirá vinculado a la música "pero en las trincheras"

Ricardo Igea.
Ricardo Igea.
RC

Con su voz rasgada y sus letras melódicas, el aragonés Ricardo Igea llegó al negocio de la música en la década de los noventa de la mano del periodista José Antonio Abellán y de la cantante Rosana. Ellos le apoyaron para el lanzamiento de su primer disco, que se llamó ‘Con los pies en el suelo’. Se vendieron más de 40.000 copias y el autor actuó ante miles de personas en distintas ciudades de España. El periodista Alfonso Zapater le entrevistó en la contraportada de HERALDO el 30 de diciembre de 1998. "Su voz y su música se están abriendo paso triunfalmente", dijo Zapater entonces.

Hoy, 20 años después, el panorama es bien distinto. Igea se retira de los escenarios esta noche, a las 20.30, en el Teatro de la Estación, en Zaragoza. "Este es el epílogo de un libro que ha tenido muchísimos capítulos y que ha sido muy bonito, pero del que por fuerza mayor, hay que olvidarse", explica. Se retira, pero lo hace con una última gran actuación en la que busca "quitarse los grilletes". "Me apetece estar piel con piel (con el público). Pretendo sacar todos los sentimientos que llevo y que sea una liberación", explica, aunque el músico resume lo que quiere conseguir con esta actuación en una frase: "Que el tequila que han probado no les deje mal sabor".

Para ello, se ha buscado la compañía sobre las tablas del Teatro de la Estación del saxofonista Emilio Larruga –con el que ya trabajó en la banda fundada en 2004 Muchacho Mochila– y del tenor Ignacio Ros. "Ignacio es el tenor con más proyección que hay en España –afirma con entusiasmo–. Es curioso, yo vivo en el segundo y en el cuarto del mismo portal".

Precisamente será con Ros, de 22 años, con el que Ricardo Igea seguirá vinculado a la música, ya que busca apoyarle y colaborar con él en su posible carrera musical, pero en un segundo plano. "Va a hacer versiones de canciones de Frank Sinatra, va a hacer swing, jazz, coplas... Pero yo estaré en segunda fila y la verdad es que me encuentro muchísimo mejor. Estaré en las trincheras", explica.

Una industria difícil

El músico no tiene recelos en admitir que no ha conseguido encontrar su hueco en la industria actual. "Tuve mala suerte. Cuando salió el segundo disco, en 2002, llegaron todos los mecanismos informáticos actuales. Estoy de acuerdo en que hay que rendirse a ellos y regenerarse, pero yo no lo supe llevar, ese es el problema", afirma.

La razón principal de este adiós, como explica el propio cantante, es económica: "cuando ya llevas ocho años arruinado y no te queda más que fumar... es cuando te planteas, aunque con muchísima pena, dejar la música". A esta situación se añade, según el artista, que "Zaragoza es una ciudad muy costosa para salir adelante, no se reciben ayudas de ningún tipo".

Esta última actuación, de nombre ‘El principio del fin’, tendrá lugar a las 20.30 con un precio de 11 euros en taquilla y 9 anticipada. Para Fernando Vallejo, director adjunto del Teatro de la Estación, el concierto le crea "sentimientos encontrados". "Por un lado –explica–, estamos contentos de que nos elija, pero por otro, es un poco triste hacer una despedida de la música. Siempre que viene se crea un encuentro íntimo con el público, pero esa sensación de que es un punto y final está ahí",

"El mundo de la música es tan bonito como el de la mujer, pero cuando te dejan, estás jodido. Yo me aferraba al cuerpo de la música pero ella no me quería. Esto es lo mejor", concluye el artista.

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