La restauración del órgano de la catedral de Jaca tiene ya su libro y su disco

La restauración del órgano de la catedral de Jaca tiene su último capítulo el próximo viernes, día en que el templo será escenario de la presentación del libro y el cedé con el que se dan por culminados los trabajos. El acto, que estará presidido por el obispo, Julián Ruiz Martorel, se cerrará con un concierto de Jesús Gonzalo. Un concierto en el que el intérprete recorrerá seis siglos de música ibérica y en el que explicará además a los asistentes  la sonoridad característica de cada época.

"He querido presentar un repertorio muy variado, que recorre seis siglos de música española, con autores ibéricos de cada una de las épocas –señala Gonzalo–. Y, además, ligarlo a la Navidad".

Pero el concierto, siendo novedoso en su formato, quizá no sea lo más importante de la velada. Si restaurar un órgano ya es un hecho excepcional en nuestro país, más lo es aún que los trabajos se cierren con la publicación de un libro en el que se recorra la historia del instrumento y una grabación que explore y presente sus posibilidades musicales.

El órgano de la catedral de Jaca se afianza así dentro de la élite de los órganos antiguos de la Península Ibérica. Una élite en la que siempre se ha encontrado porque se trata de un instrumento único en su género y que tiene una importancia histórica capital.

"En la segunda mitad del siglo XIX hubo dos organeros destacados en España –relata Gonzalo–, Hermenegildo Gómez y la familia Roqués. Ambos se postularon como candidatos para los dos principales contratos de la época en Aragón, los órganos de la catedral de Jaca y de la Seo de Zaragoza. A Roqués, más tradicional, le encargaron el de Zaragoza; y a Gómez, más progresista e innovador, el de Jaca. Ese hecho cambió por completo la historia de la organería española".

Y es que la ciudad del Ebro, al ser más grande y estar mejor comunicada, ejerció una mayor influencia y ayudó a consolidar el modelo de Roqués. La organería española se quedó parada ahí. Si Hermenegildo Gómez se hubiera encargado del de Zaragoza la historia sería distinta. Pero el caso es que el instrumento jaqués permaneció congelado en el tiempo, con la inmensa fortuna además, de que desde que fue construido prácticamente nadie intervino en él. Por eso en nuestra época,  cuando le ha llegado el turno de la restauración, se le ha podido devolver a diciembre de 1860, cuando los cuatro operarios que Hermenegildo Gómez había desplazado a la capital de la Jacetania dieron por terminados los trabajos.

"El órgano de la catedral de Jaca es el único modelo que nos queda de algo que pudo ser y no fue –concluye Gonzalo–. De ahí su importancia". Una importancia que se irá agigantando con el tiempo, conforme su sonido se conozca cada vez más.

Contribuirá a ello también la difusión del repertorio romántico, algo muy desconocido aún por el melómano español pero que Gonzalo lleva estudiando (y divulgando) muchos años ya. "Hay un repertorio extraordinario, que hay que reivindicar y difundir, y por eso es el elegido para este primer cedé que, además, incluye la reproducción de las partituras para que otros organistas puedan tocarlas".

Una donación privada

La restauración del órgano de la catedral de Jaca, aunque empezó a diseñarse en 2006, no se concretó hasta el año pasado, cuando César Alierta Izuel aportó de su bolsillo el dinero necesario para acometerla (321.388 euros). El proyecto elaborado en su día por Jesús Gonzalo se adjudicó a la empresa Acitores Organería y Arte S. L., con taller en Torquemada (Palencia), bajo la dirección de Federico Acitores Cabezudo. Los trabajos se presentaron al público a finales de agosto pasado, en un solemne acto que cerró, como es lógico, un concierto con el instrumento recién recuperado. Desde entonces a este domingo se han ofrecido varios conciertos más, además de sonar con regularidad en los actos religiosos que se celebran en la catedral.