Javier Aguirre: "la filosofía parece ser hoy más necesaria que nunca"

Javier Aguirre (Zaragoza, 1959), profesor de Filosofía en la Universidad de Euskadi en San Sebastián y director de ‘Rolde’, coordina con Jonathan Villa el libro colectivo ‘El humor de Platón. Humor y filosofía a través de los diálogos’ (Doble J). Aguirre analiza a Platón, la filosofía griega y su impacto contemporáneo.

Platón y el humor, ¿no parece un binomio improbable?

Todo lo contrario. La obra de Platón está repleta de humor. Además, este no se reduce a la muy comentada ironía socrática, sino que encontramos bromas entre los personajes, juegos de palabras, imitaciones paródicas de personajes célebres, chascarrillos graciosos, burlas y comedia de situaciones. Es más: podríamos afirmar que la propia concepción platónica del diálogo, entendido como drama literario, lleva consigo la broma para con el lector, pues el filósofo ateniense nunca habla por voz propia en sus diálogos.

No sé si pensar que nos está tomando el pelo.

No. Parece como si, con cierta sorna, Platón hubiese potenciado tantos siglos la interpretación de su obra, al subrayar la transmisión indirecta y privar al lector de un mensaje propio, claro y directo.

¿Por qué es tan poco conocido ese aspecto de la obra del filósofo ateniense?

Tanto el neoplatonismo pagano de Plotino como el cristianismo de Orígenes, por señalar las dos figuras más destacadas de esa tradición, limpiaron la obra platónica de la presencia de elementos cómicos, a los que no concedieron particular relevancia filosófica. Solo la ‘ironía’ socrática, potente herramienta mayéutica (de conocimiento mediante preguntas), pero no necesaria ni principalmente cómica, será valorada como recurso eficaz en los diálogos de Platón, dejando de lado toda otra manifestación que pudiera aparecer como una concesión al humor.

¿Qué función tiene el uso del humor en la obra de Platón?

Encontramos un extenso y variado repertorio de recursos cómicos. El humor en Platón siempre está sometido a la expresión eficaz de lo que entiende que debe ser el modo de transmisión filosófica, y tiene la función de avivar en el lector o el oyente la reflexión sobre cuestiones fundamentales que atañen a la sociedad.

No sé si tendrá algún ejemplo que pueda parecer humorístico...

Una de los diálogos más divertidos es, sin duda, el ‘Banquete’. La escena final en la que un ebrio Alcibíades entra en casa del poeta Agatón para hacerle los honores por haber vencido su tragedia en las fiestas de la ciudad, y cómo se olvida de él cuando repara en que a su lado está Sócrates, es una escena muy cómica y con muy mala uva.

¿Algunos más?

También son muy interesantes las parodias de personajes conocidos, como el sofista Gorgias, el comediante Aristófanes o el escritor Lisias, repartidas a lo largo de los diálogos. O el chascarrillo que en el diálogo ‘Laques’ cuenta el general Nicias sobre un tal Estesíleo, una especie de ‘coacher’ o entrenador de la época, un fastasmón que causa la risa en los demás cuando es descubierta su impostura. O las ridículas etimologías recogidas en el ‘Crátilo’. En fin: hay muchísimos ejemplos.

¿Tenían sentido del humor los griegos, en general?

Ttenían mucho sentido del humor y valoraban mucho el ingenio pícaro y gamberro. Prueba de ello lo tenemos en que la divinidad más entrañable y querida era Hermes, hermano menor de Apolo, un pícaro de mucho cuidado que la liaba parda cada vez que los otros dioses lo perdían de vista. No es casual que Hermes sea el dios de los timadores, de los manguis que no utilizan la violencia, sino el ingenio. El sentido del humor de los griegos también se muestra en los propios géneros literarios, de gran éxito en la época, como la comedia ática o los mimos sicilianos. Y también encontramos humor e ingenio en los poemas homéricos.

¿Qué hay en el libro?

Jonathan Lavilla y yo hemos reunido y editado las colaboraciones de once platonistas de diversos países y centros académicos con la intención de descifrar las claves que permitan comprender mejor el uso del humor en los diálogos. Ya estamos preparando la segunda parte con otro grupo de profesores europeos y americanos que han querido unirse a nuestro proyecto.

¿Es más necesaria que nunca la filosofía o no?

La tradición filosófica es una de las columnas sobre las que se sostiene nuestra ya larga civilización. Sin todo lo que supone la reflexión filosófica, no puede entenderse la historia de Occidente ni la realidad de nuestro mundo. Somos lo que somos, en gran medida, porque en un momento histórico y en un espacio geográfico concretos un grupo de hombres se situaron frente a la naturaleza con una serie de preguntas que entonces fueron revolucionarias.

Dispare…

Ja, ja, ja. Le digo: frente al tópico que escuchamos con frecuencia, la filosofía no enseña a pensar. Pero sí que enseña a pensar de cierto modo. Sí, la filosofía parece ser hoy más necesaria que nunca.