No es una recién llegada, pero sí protagoniza estos días su primer salto mortal sin red como solista. La alcorisana Isabel Marco compone, toca y canta los siete temas de su primer álbum, ‘Quiero ser agua’, que se presentará oficialmente en Zaragoza el próximo jueves 13 de diciembre (FNAC Plaza de España). El trabajo ya está en las plataformas digitales; lo ha exhibido sobre las tablas en Bilbao y Oviedo, anoche tocó en Gurrea de Gállego y en enero paseará esta producción por Barcelona, Pamplona y San Sebastián.

Isabel ha invertido 18 años en Insolenzia, banda de rock radicada en Alagón, con seis discos y más de 300 actuaciones como bagaje. La banda siempre ha imprimido un sello muy personal a su música; no está disuelta, pero se halla en barbecho. La voz y guitarra de Isabel Marco se consagran ahora a este envite individual en el que ha apostado todo.

La artista tiene formación como psicopedagoga, trabaja de lunes a viernes como maestra de educación especial y se ha distinguido además por su compromiso social, alzando la voz acerca de la presencia de la mujer en las artes escénicas. En el aspecto puramente musical, y más allá de su trabajo compositor e interpretativo, hay que reseñar que es imagen de la marca francesa de guitarras LÂG, fundada en 1980 por el luthier occitano Michel Lâg-Chavarria, y que cuenta con devotos tan dispares como Neil Diamond, Dweezil Zappa o PhilAnselmo.

En ‘Quiero ser agua’, y sin renunciar a su querencia por el rock, Isabel Marco opta por un discurso más intimista, tanto en la instrumentación como en la propia interpretación vocal. Pablo Martínez ha sido el encargado de la producción en Ovni Estudio (sito en la localidad asturiana de Bonielles), con el apoyo de Guille ‘Mara’ Rubio del Arco, Borja Vázquez, Adri López ‘Cheriff’ y Miguel Herrero. El tema que abre el disco, ‘En mis pies está el camino’, dibuja un horizonte de polvo y cactus jaspeado por las teclas del ‘hammond’; melódicamente recuerda los giros épicos de Aurora Beltrán, con ecos de María José Hernández, Mercedes Ferrer o la propia Eva Amaral. En el primer sencillo, ‘Perdiendo la gravedad’, se acuesta en una línea más etérea, que muta a pura explosión de positividad en ‘Hoy voy a pintarme el sol’.

El álbum se cierra por todo lo alto con ‘Somos todas’, corte llamado a convertirse en himno de fraternidad femenina, un punzón destinado a romper el techo de cristal: "Somos una y somos todas", reza el estribillo. Por último, ‘Miradas’ es una oda a la fuerza que brota de adentro y lleva lejos a quien la posee; todo apunta a que es el caso de Isabel Marco.