Loquillo: "Soy actor principal, primer espada, ninguno de mis personajes ha sido secundario"

El artista barcelonés celebra 40 años de carrera con la gira ‘Rock and roll actitud’, que esta noche (22.00) hace parada y fonda en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.

Loquillo junto a su amigo zaragozano, el músico, presentador y docente Gabriel Sopeña
Loquillo junto a su amigo zaragozano, el músico, presentador y docente Gabriel Sopeña
Oliver Duch

En estos cuarenta años principales, ¿qué momentos secundarios guarda como un tesoro?

Soy actor principal, primera espada, nunca he sido un actor de reparto. Mary Shelley creó una criatura a partir de diferentes cuerpos; a mí me pasa lo mismo, soy un Frankenstein de todos los personajes que he interpretado, y ninguno de ellos ha sido secundario.

¿Y qué barrería de estas cuatro décadas, si tuviera una escoba?

¿Qué pasa que tienes acciones en una empresa de limpieza? Porque vamos... ¡como empiece a largar, mañana mismo a cotizar en bolsa! O eso, o bien te despiden de tu periódico...

¿Es Loquillo el último de una estirpe de solistas en el ámbito nacional?

No he venido aquí a ser el último, sino el primero; no pertenezco ni quiero pertenecer a ningún colectivo y menos al de los músicos... y menos solistas, aquí los cuchillos vuelan. Vivimos en una sociedad que sacrifica al individuo por el interés colectivo, ¿o no te lo sabías? Por otra parte, soy un artista de Rock FM, no de Cadena Dial. A mí no me van a dar el Ondas. Lo singular es subversivo.

¿Se puede comprar la actitud, o eso viene de serie?

Ahora mismo cantautores, melódicos, flamenquitos, indies, raperos... todos quieren ser rock, tener actitud rock, posturear, provocar, incluso ser tipos duros... pero saben que para eso se necesita ADN. Los de la clase política vienen fuertes, son nuestra máxima competencia, vampirizan desde hace años el márquetin rock, incluso fichan a ex del negocio porque les pone todo ser estrellas de rock. El problema es que con el tiempo defraudan, muchos se convierten en ‘one hit wonders’; nosotros, en cambio, te descubrimos de vez en cuando un tema que te alegra la vida.

¿Invitará a Gabriel Sopeña al escenario en el Príncipe Felipe?

Tendré que consultarlo con las más altas jerarquías, no vaya a ser que ese día el Rector de la Universidad de Zaragoza tenga a mal enviar a Gabriel de heraldo de la causa frente a un enemigo exterior que amenace la supervivencia de la institución; si es así el Vicedecano Gabriel Sopeña cumplirá con su deber, como manda el código de Llull.

¿Se animará algún día a visitar a su batería Laurent Castagnet en Torralba de los Sisones?

Tengo pendiente la visita al caballero Laurent en su torre del homenaje particular, estamos preparando nuevas aventuras que nos llevarán más allá de Orión, los dos proyectos en los que llevamos trabajando durante este último año; mi nueva entrega emocional con canciones y textos de Sabino Méndez, Gabriel Sopeña, Luis Alberto de Cuenca, Igor Paskual, Leiva, Marc Ros, Mario Cobo, Carlos Zanón o Santi Balmes, además del poemario ‘Europa’ de Julio Martínez Mesanza, premio nacional de Poesía, que estamos ahora mismo maquetando. Laurent es el corazón de la banda; sin su coraje y audacia sería imposible la conquista del Grial.

¿Cuál es la pregunta más incómoda que le han hecho? ¿Y la más tontorrona, aparte de la segunda que figura en esta entrevista?

La más incómoda sería ¿por qué te llamas Loquillo? Con lo otro... no te vengas arriba, las hay bastante peores.

¿El mejor consejo que le han dado? ¿Y el mejor que ha dado usted?

Fíate de tu instinto, lo primero. Sobre lo segundo, no te fíes nunca de un revolucionario; primero té robará la cartera, luego hará lo mismo con tu novia. Jajaja... esta cita es de hace un rato.

Una pregunta dura y curvera, elegir entre papá o mamá. Si tuviera que elegir, ¿Crazy Cavan o Brian Setzer?

Háblame de Gardel, Sinatra, Montand, Elvis, Brel, Cash, Hallyday, Barbara, Phil Ochs, Kristofferson, Aute, Bowie, Lou Reed... por ejemplo.

Usted, que nunca ha sido políticamente correcto, cómo lleva las últimas acciones censoras hacia letras de canciones?

La libertad de expresión se ha banalizado y convertido en un negocio para los provocadores profesionales, que aprovechan la nueva ola moralista del siglo XXI para buscar titulares fáciles y así vender más entradas, más discos, mas películas, más lo que sea. Otros sirven a su comisario político, que les ha contratado para encender las redes; yo me quito el sombrero ante aquellos que dicen sufrir la nueva inquisición y se plantan delante del ministerio para pedir la subvención de turno, aprovechando la nueva coyuntura política. Ese sí que es un profesional... pero vamos a ver, ¡que Malcolm McLaren solo hay uno, listillo, que no has inventado nada! Lo para mí preocupante es que un gabinete de género se publicite a costa de señalar con el dedo o creadores o artistas de renombre, ahora es la música, en breve la literatura. A mí me han censurado en varias ocasiones, empezando por el vídeo ‘Los ojos vendados’ que salió en 1993; ni me puse a llorar entonces ni pido que me tiren peluches ahora. Yo vengo llorado de casa y sabía a que me arriesgaba. Aprendí que aquellos que dicen defender la libertad son los primeros que la recortan.

¿Qué le pide a la noche del 1 de diciembre en Zaragoza?

Yo no pido, doy.

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