Soleá Morente (1985), hija del maestro Enrique Morente, navegará esta noche entre el flamenco y el pop en el recital que ofrecerá en la plaza del Justicia (22.15). Le antecederán Maria Arnal & Marcel Bagés y Santoral.

¿Qué supone para usted regresar esta noche a Zaragoza?

Me trae muchos y muy buenos recuerdos. He acompañado muchas veces a mi padre y a mi hermana Estrella cuando actuaban en Zaragoza. Iba como corista, como palmera o lo que hiciera falta. He vivido con ellos éxitos grandísimos en aquella ciudad y por eso la llevo en el corazón.

Cita a su padre –Enrique Morente– y lo hace con fervor.

Es fervor, admiración, amor... Le admiro muchísimo. Es el faro que me guía en todo aquello que afronto en la vida.

¿Qué cualidad suya admira?

El respeto absoluto y sagrado al escenario. Recuerdo de pequeñita ver a mi padre en casa antes de ir al concierto. Era como un ritual: silencio, concentración… Admiro esa profesionalidad, esa manera de entregar su vida al arte. Y eso era lo que transmitía al público: pura pasión por cantar.

Con ese ejemplo, tanto usted como sus hermanos estaban irremediablemente predestinados a la música.

Desde pequeños, tanto a mí, como a mi hermana Estrella como a mi hermano Kiki nos ha gustaco cantar y bailar. Forma parte de nuestra vida desde niños y no podíamos dejarlo de lado. Aunque no abandoné los estudios. Soy licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada.

¿Ha llegado a ejercer?

Ahora mismo estoy cursando un máster oficial con la Universidad de Barcelona de Estudios Avanzados de Literatura Española e Hispanoamericana con la intención de hacer el doctorado para algún día ejercer la docencia, algo que me encantaría.

¿Cómo es una cena de Navidad en casa de los Morente?

Nos juntamos muchísima gente, cada vez van viniendo más. Aunque ya no han vuelto a ser las mismas Navidades desde que no está mi padre; pero el flamenco rebosa, se sale por la ventana y vienen los vecinos. Es nuestra manera de entendernos y de celebrar que nos hemos encontrado. En cualquier evento familiar hay una guitarra por medio.

Hoy la celebración se traslada a la plaza del Justicia de Zaragoza, donde comparte cartel con Maria Arnal & Marcel Bagés y Santoral en el ciclo De la Raíz.

Estoy orgullosa de participar en unas fiestas como las del Pilar, que tienen sensibilidad con propuestas como las nuestras, que beben de la tradición y de lo popular.

Viene con disco nuevo bajo el brazo, ‘Ole Lorelei’.

Voy acompañada de la banda Napoleón Solo y del guitarrista flamenco Eduardo Espín Pacheco, hijo de la maestra Carmen Linares. Tocaremos algunas canciones de mi nuevo disco y del anterior.

¿Qué tiene Granada para que derroche tanto arte?

Es una ciudad muy inspiradora, muy mágica. No es casual que haya dado tantos poetas, pintores, músicos, bailadores... Es algo que no se puede explicar con palabras. Yo viajo de un sitio a otro y, siempre que vuelvo a Granada, me asalta una sensación que no he sentido en ningún otro lugar.