¿Cómo viviremos en el año 2100?

El futuro no se puede predecir y si no que se lo digan al eminente físico Lord Kelvin quien en el año 1895 aseguró que "las máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles". Pocos años después, en 1903, los hermanos Wright hicieron volar el primer avión demostrando que el futuro no se predice, sino que somos nosotros quienes lo creamos con nuestros actos.

Esta es la moraleja de la exposición 'Experimento 2100. ¿Qué nos espera en la Tierra del futuro?' que se estrena este miércoles en el CaixaForum y se prolongará hasta el 29 de enero.

Pues bien, aunque el futuro no se predice sí que se puede estudiar. Según los análisis prospectivos llevados a cabo por la Agencia Europea del Medio Ambiente, lo que nos espera es vivir en una megaciudad consecuencia de la sobrepoblación del planeta, lo que a su vez potenciará la inmediata necesidad , que ya existe a día de hoy, de evolucionar hacia un modo de vida sostenible si no queremos que la Tierra tal y como la conocemos desaparezca. Aunque el futuro es incierto, tal como lo preven los expertos pinta muy negro. Por ello, en la última estancia de la exposición se aborda la necesidad de evolucionar hasta una sociedad del conocimiento y es que, la ciencia y la tecnología podrían ofrecernos las claves para superar con éxito el futuro que nos espera y que estamos a tiempo de cambiar.

Cada una de las cuatro tendencias, sobrepoblación, megaciudades, recursos naturales y sociedad del conocimiento son abordadas en un espacio concreto de la exposición en la que abundan los elementos interactivos que facilitan su comprensión.  Así, existen pantallas y gráficos que señalan, con un 85% de probabilidad de éxito, que en el año 2100 la Tierra estará habitada por entre 8 mil y 13 mil millones de habitantes. También si avanzamos en el recorrido, se nos presenta una reproducción en miniatura de las megaciudades (aquellas que tienen más de 10 millones de habitantes), como Shenzhen en China, que en el año 2025 serán 37 en todo el mundo.

El color verde del decorado nos indica que estamos llegando al problema medioambiental que existe en la actualidad y que, como todos los items anteriores, crecerá en el futuro. A día de hoy, vivimos en una sociedad claramente insostenible. Cada año gastamos los recursos que nos ofrecería una Tierra y media, es decir, consumimos más que lo que nuestro planeta es capaz de ofrecernos en ese periodo de tiempo. Por tanto, el futuro tiene que ser sostenible porque si no, no será. Por último, y aunque siempre ha sido el verde el color esperanza, el azul de la estancia dedicada a la sociedad del conocimiento aporta un poco de luz ante este pesimista futuro. Si la investigación científica y tecnológica han hecho posible que podamos pasar de escribir a maquina a hacerlo en ordenadores portátiles, que ya no pesan 15 kilos como antaño, no existe razón para pensar que no podría cambiar el futuro.

Entre Blade Runner, Yo Robot, Metrópolis, Regreso al futuro y, por supuesto, Star Trek, la exposición muestra cómo la ciencia ficción ha servido durante décadas para calmar el miedo al futuro de los seres humanos. Este temor a la incertidumbre viene dado por el llamado "choque del futuro"; el mundo cambia demasiado deprisa y por ello necesitamos anticiparnos a esta evolución viendo estas películas que, realmente, son solo sueños del futuro.

Así la exposición da la oportunidad a los asistentes de que a través de las pantallas interactivas y de una serie de 4 o 5 preguntas respondan sobre cuál es su visión del futuro, lo que permitirá que los investigadores obtengan unos resultados que poder comparar con otras ciudades de España. Unos datos sobre algo que todavía no existe y que, por tanto, podemos modificar a nuestro antojo si presionamos la tecla adecuada.